Con fuegos artificiales y disparos, familiares y amigos conmemoraron el primer aniversario del crimen de Bastián López Reyes, alias “El Pollito”, cuya despedida marcó un hito en los protocolos para controlar los denominados “narcofunerales”.

El joven fue acribillado con diez tiros en mayo de año pasado en un ajuste de cuentas, ya que López formaba parte del grupo de “Los Reyes”.

A un año de los hechos, familiares y amigos lo recordaron al exterior de calle Delfos, en la población Santa Inés de Conchalí.

En el lugar, según denunciaron vecinos, hubo lanzamiento de fuegos artificiales y también hubo uso de armas de fuego.

Ante esta situación, Carabineros llegó al lugar e intervino con el apoyo del Ejército, esto bajo el contexto de las medidas sanitarias de emergencia.

El capitán Juan Pablo Cáceres informó que se detuvo a 10 personas por infringir el toque de queda.

Durante la madrugada, el Ministerio Público determinó dejarlos en libertad y citados a declarar en una próxima oportunidad. Los detenidos no portaban armas y tampoco fuegos artificiales.

En mayo del año pasado, la despedida de López duró tres días donde familiares y amigos también lanzaron fuegos artificiales en reiteradas ocasiones.

Incluso, su féretro fue llevado hasta la Cárcel de Chillán para que su madre, privada de libertad, se despidiera de él.