Este lunes vuelve a clases el Instituto Nacional, luego de las vacaciones de invierno que fueron adelantadas debido a la movilización que realizan estudiantes del recinto que piden, entre otras cosas, mejoras en la infraestructura y en educación, más el fin de Aula Segura.

Según informó la Municipalidad de Santiago, durante las dos semanas sin clases se realizaron trabajos de mejoramiento y reparación en los baños, además de la instalaciones de cámaras de seguridad. Esto último fue criticado por los alumnos movilizados.

“Los trabajos se centraron en el mejoramiento y reparación de todos los baños del liceo, que incluyeron el borrado de rayados, reparación de artefactos, reposición de rejillas, luminarias y pintura general. Sumado a una limpieza profunda y sanitización completa”, dijo el alcalde Felipe Alessandri.

Agencia UNO
Agencia UNO

Además, se anunció la implementación de un proceso formativo de Educación Emocional a pedido de los estudiantes, con charlas para alumnos de todos los niveles, cuerpo docente y funcionarios en conjunto con la Fundación Liderazgo.

“La educación emocional es uno de los puntos más importantes para los estudiantes y tal como lo hicimos con el programa de educación sexual no sexista, implementaremos este proceso formativo. Adicionalmente reforzamos el equipo psicosocial, orientación y de inspectoría con la incorporación de profesionales y también aumentarán los funcionarios en los accesos”, agregó Alessandri.

Sin embargo, las clases parten con polémica luego que Alessandri señalara que, de no llegar a acuerdo con los estudiantes movilizados, va a cerrar el Instituto Nacional.

“En este encuentro que tendremos el lunes 8 (de julio) en el Instituto Nacional, a ver si logramos converger en un acuerdo por la educación del instituto (…) Pero si no, con la misma tranquilidad con la que estoy hablando, lo voy a cerrar y se acabaron 205 años de historia“, dijo.

Sobre ello, el presidente del centro de estudiantes, Rodrigo Pérez, señaló que el regreso a clases se concretará en un escenario aún más conflictivo.

Lo anterior, “gracias a las amenazas de cierre de nuestro sostenedor, gracias a la instalación de cámaras y gracias a la poca destinación de recursos a lo que nosotros estuvimos abogando en más de dos meses de movilización”, acusó.