El hombre que resultó lesionado en un accidente de tránsito en Concepción y cuyo caso originó la detención de un médico del Hospital Regional, habló con Radio Bío Bío, para insistir en el trato denigrante que habría sufrido de parte del profesional.
Se trata de Leandro González, ocupante del vehículo que la madrugada de este martes chocó con un poste en calle Paicaví con Ejército, y que fue llevado hasta el centro asistencial para ser revisado de una lesión en su cabeza y practicarle la alcoholemia.
En su ingreso a la Urgencia del Hospital penquista, González fue categorizado como C4, es decir un paciente de menor complejidad, que no reviste gravedad y que no requiere atención inmediata.
Pese a esto, los carabineros que lo acompañaban insistieron en apurar el procedimiento, en este caso con el doctor Juan Pablo Cabrera, que en su calidad de neurocirujano debía evaluar el golpe que Leandro González acusaba en la cabeza.
El médico se resistió a priorizar esta atención puesto que tenía otros pacientes de su especialidad más graves y se negó además a un control de identidad de parte de los funcionarios policiales, por lo que terminó detenido.
El paciente en tanto, debió esperar mucho tiempo más para ser atendido, y en conversación con La Radio, planteó que lamentablemente todo se tergiversó pues lo relevante es el trato que recibieron del neurocirujano.
En esa línea, sostuvo que “dicho doctor de forma muy déspota no nos quiso atender, le habló de mala forma a los carabineros, los dejó hablando solos”.
“Lo más terrible aún (es que) nos atendieron como a las 12:00 del día después de haber tenido un accidente de esa envergadura, habernos golpeado la cabeza”, añadió.
Y agregó: “Me parece insólito que los doctores que en este caso hacen un juramento se crean dioses y haya que tratarlos con reverencia, ya me parece que es mucho”.
La norma que describe en el Hospital Guillermo Grant Benavente el procedimiento de atención de personas llevadas por Carabineros a la Urgencia indica que en situaciones de conflicto, éstas deberán resolverse entre el jefe de la unidad y las jefaturas policiales de forma de evitar enfrentamientos personales, lo que en este caso no ocurrió.
Y señala además que el sentido común y la comprensión de las labores propias de cada uno son las mejores herramientas para que estos procedimientos sean exitosos, algo que tampoco se tuvo en cuenta y que permitió que la situación puntual escalara hasta la detención del facultativo.
