En Chile, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre hombres mayores de 35 años y mujeres de más de 50.

En ese sentido, a lo largo de la historia del programa de Cardiopatía Terminal y Trasplante Cardíaco del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar se contabilizan 113 personas intervenidas.

Si bien hay largas listas de espera, el balance es positivo, ya que el año pasado se realizaron sólo dos trasplantes, mientras que en lo que va de este año la cifra aumentó a siete, número que se traduce en mayor consciencia por parte de la población.

Al respecto, el seremi de Salud, Francisco Álvarez, indicó que ha existido un incentivo en las distintas familias del país y la región de Valparaíso.

Los protocolos funcionan a nivel central, siendo las listas en el ámbito nacional las que van avanzando en base a la prioridad y la urgencia, la que se divide en tipos A y B, estableciéndose la necesidad de ofrecer un órgano a las personas que necesitan un trasplante.

Asimismo, en el tema cardíaco se consideran dos elementos: primero el grupo sanguíneo (compatibilidad), así como un símil en el peso y la talla de la persona que donó el órgano con la que será trasplantada.

El doctor Ernesto Aránguiz, jefe de Cirugía Cardiovascular y Comité de Cardiopatía Terminal y trasplante del hospital viñamarino, indicó que pueden tomar donantes desde la región de Coquimbo hasta la del Bío Bío, ya que el corazón cuenta con un tiempo máximo de funcionamiento en la espera.

Por su parte, el director del Gustavo Fricke, doctor Leonardo Reyes, indicó que a nivel nacional el recinto viñamarino es el que más ha realizado procedimiento de este tipo.

Las autoridades hicieron hincapié en la prevención, por lo que para evitar prevenir enfermedades cardiovasculares se deben controlar los factores de riesgo, como la presión arterial elevada, el colesterol alto, el tabaquismo y la falta de actividad física.

La obesidad también es un factor importante, ya que en nuestro país se ha hecho presente en más del 70% de las personas sobre 15 años y un 30% en los niños, cuyos síntomas más evidentes son dolores en el pecho -como sentir un peso que aplasta la zona del corazón- el cual podría extenderse a uno de los brazos o incluso a los dos, además al cuello o a la mandíbula.