Son tres los proyectos inmobiliarios que la organización Paso Hondo Nativo busca detener en Quilpué, por lo que entregaron una carta al alcalde y concejales con 1.000 firmas para pedir apoyo en la paralización de las iniciativas que denuncian destruirían cerca de 5 hectáreas de bosque nativo.

En específico, se trata de los proyectos Vistasol 2 de la inmobiliaria con el mismo nombre, Jardines de Paso Hondo de inmobiliaria El Mirador y Solanas de Paso Hondo a cargo de la empresa Oceano; cuyas edificaciones habitacionales contemplan -en total- 771 viviendas y 800 estacionamientos.

Paulina Collao, vocera de Paso Hondo Nativo, comentó que junto con las firmas entregaron todos los antecedentes que tienen hasta el momento, entre ellos, un recurso de protección tramitado en la Corte de Apelaciones de Valparaíso, ya que -aseguran- algunos de estos proyectos no cuentan con un estudio de impacto ambiental, por lo que están exigiendo que ingresen al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).

La dirigenta, comentó que además de la destrucción del bosque esclerófilo, otra de las preocupaciones de los vecinos tanto de Paso Hondo como de Canal Chacao y de Villa Hermosa es la alta congestión vehicular que se registra en el troncal urbano, algo que con las nuevas edificaciones de las inmobiliarias podría aumentar considerablemente.

En ese sentido, los vecinos hicieron llegar su preocupación al Consejo Regional, desde donde el core Manuel Millones informó que le solicitaron al Ministerio de Vivienda una zonificación del sector, para saber si efectivamente se encuentra en el Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso (Premval).

Lo anterior, considerando que -a su parecer- hasta el momento dicha zona no permitiría esta edificación.

Por su parte, la core Valeria Melipillán emplazó al alcalde de Quilpué, Mauricio Viñamabres, a que revise nuevamente los permisos de edificación de estas obras, ya que sostiene que no fueron otorgados de manera correcta.

Al respecto, Viñambres se mostró en desacuerdo con que estas construcciones se emplacen en territorios que no correspondan, añadiendo que por la misma razón es necesario modernizar el plan regulador comunal que sigue vigente desde 1971 en Quilpué y que -de ser necesario- según la ley de Urbanismo y Construcción, exigirán al menos una ley de impacto ambiental para analizar la viabilidad de estas obras.