El consejero regional de Tarapacá, José Miguel Carvajal, denunció un importante aumento en los campamentos y tomas de la zona.

A juicio del político, en la región “hay un importante déficit de vivienda y un aumento explosivo de nuevos campamentos o tomas. El segundo está directamente relacionado al alza del precio de los arriendos provocado por el importante número de trabajadores mineros foráneos que llega a habitar en Iquique, Pozo Almonte y Pica”.

Mediante un comunicado, Carvajal señaló que “aquellas familias que no trabajan en minería se ven forzadas a vivir en tomas porque no pueden pagar un arriendo”.

Según aseguró, cerca del 40% de los trabajadores de las faenas mineras proviene de de otras ciudades, lo que deriva en el alza de los costos.

“En Taparacá –según catastro del Ministerio de Vivienda- tenemos la mayor cantidad de personas viviendo en ‘tomas’. El informe indica que entre 2011 y 2019 éstas aumentaron de 6 a 40. En Antofagasta, la otra región minera pasaron de 28 a 79, en igual periodo (…) Según datos del Minvu, en nuestra región, son cerca de 20 mil personas viviendo en campamentos, eso se traduce en 4 mil familias aproximadamente considerando en promedio 4 personas”, agregó.

Agricultura

Además, Carvajal apuntó que la minería también incrementa la competencia con la agricultura por el uso de los factores productivos.

“Muchas de las familias que se han dedicado por décadas a la agricultura sufren el cambio de uso de suelo para instalar en esos territorios, empresas proveedoras de servicios mineros, así hay menos terreno para uso agrícola, porque los ingresos que genera la minería son por mucho mayores que la que genera la agricultura”, aseveró.

Junto con ello, aseguró que “por eso en el Tamarugal, donde se concentra lo que ha sobrevivido de agricultura, existen casos donde sino es por extranjeros, personas migrantes, en su mayoría bolivianos indocumentados, no se continuaría sembrando o cosechando, y es así porque ‘son mano de obra barata’ a la que les entregan una parcela para que la exploten, prácticamente escondidos”.

El core agregó que la mano de obra local está demandada en su mayoría por el comercio y servicios. La minería ocupa a 14 mil personas, sólo el 8% trabaja en ése sector.

“Lo que han privilegiado es tener el menor costo para ellos trayendo profesionales desde otras regiones por sobre generar capacidades en la región. Por su parte, las universidades de la región han dictado carreras ligadas al área pero las empresas mineras siguen contratando gente de afuera”. agregó.