Todo se origina de dichos lanzados en 2019 por el fiscal Sergio Moya que acusó a Emiliano Arias, su jefe, de tráfico de influencias. Específicamente, según dijo, por haber pedido información relativa a una causa por drogas que salpicaba a uno de sus sobrinos.

La tarde de este martes Emiliano Arias fue absuelto en fallo dividido, y en segundo juicio, del delito de violación de secreto.

La resolución la tomó el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua tras un proceso que partió el martes 24 de mayo.

Con esto, y tras casi tres años suspendido y fuera de sus funciones en el Ministerio Público, el persecutor puede volver a ser fiscal de O’Higgins.

Este caso deriva de una polémica ocurrida en 2019 y que involucró a un sobrino de Arias, involucrado en un caso por drogas.

En ese entonces el fiscal Sergio Moya acusó a Arias, su jefe, de tráfico de influencias, entre otras malas prácticas.

En concreto, la acusación apuntaba a que Arias le pidió a su secretaria la ficha del Sistema de Apoyo a la Operación (SAO) de su sobrino, datos que solo pueden conseguirse a través del sistema informático de la Fiscalía.

Tras ello Arias fue formalizado y acusado de utilizar su cargo para obtener información sobre la causa de tráfico de drogas que salpicaba a su sobrino.

En el primer juicio, finalizado el 10 de septiembre de 2021, el tribunal también absolvió al abogado del mismo delito, pero en fallo unánime.