Críticas a nivel nacional han desatado las diversas movilizaciones de estudiantes, donde afloran los violentos enfrentamientos entre manifestantes y Carabineros, cuantiosos destrozos en establecimientos y una brecha comunicacional que se incrementa entre el Ejecutivo y los dirigentes. Sin embargo, es una realidad que no se plasma en Magallanes, donde los líderes de las tomas han estipulado una serie de normas para que las protestas no se vean entorpecidas por incidentes.

Tanto el Centro de Educación Integral de Adultos (CEIA), que se mantuvo en toma durante una semana, como la Facultad de Ciencias de Salud de la Universidad de Magallanes que actualmente lo está, no presentan ningún tipo de destrucción, ni rayados al interior de los recintos.

Desde el CEIA, el vocero del Centro de Alumnos Boris Soto, explicó cómo se han organizado. “Nosotros nos juntamos con los chicos, hicimos una asamblea, argumentamos cuales eran los temas por los que se debía hacer la toma, una vez argumentados escuchamos las opiniones de nuestros compañeros y les respondimos todas sus dudas. Una vez que les explicamos las dudas que ellos tenían sobre cómo se hizo la toma, nosotros hicimos un protocolo a seguir dentro de ésta que se tenía que respetar en todo momento”, sostuvo el joven.

Soto además detalló sobre los puntos del protocolo, el cual contempla que en “ningún momento se tenía que entregar información sobre cuántas personas habían adentro, otra era verificar quienes entraban y quienes salían, cuáles eran los turnos, quiénes estaban en las entradas, coordinación, cocina, aseo y de seguridad. Luego de eso se hizo el equipo con el que se iba a coordinar la toma durante la noche. Dentro del protocolo también establecía que no se debía hacer ningún tipo de destrozos y que si habían destrozos teníamos que pagarlos nosotros”, explicó.

Mismo modus operandi que se repite en la Facultad de Ciencias de la Salud. Según explica la presidenta del Centro de Alumnos de Enfermería, Nicole Améstica, la movilización cuenta con turnos por delegados de las carreras. La estudiante explicó que “siempre tiene que estar, por lo menos uno dentro de la facultad de día y de noche, entonces no se consume alcohol, no dejamos entrar a personas en estado de ebriedad o que haya consumido alcohol, se fuma afuera del edificio, se hace limpieza todos los días de la facultad. De ahí se hacen comidas en común con los alimentos que traen los mismos alumnos y se van haciendo almuerzos o de 2 a 7 de la madrugada la facultad permanece cerrada, no puede entrar ni salir nadie, esas son las medidas que tenemos para proteger lo nuestro“, finalizó.