Tras la reciente fuga de tres internos de la cárcel de Osorno, quienes finalmente fueron capturados, funcionarios de Gendarmería acusan que la escasa asignación de recursos se traducen en vulnerabilidades de un recinto que data de los años 40.

La reacción surge tras conocerse detalles de la fuga de tres internos del módulo 5, destinado a imputados, quienes arrancaron una ventana de fierro desde una estructura de concreto, para luego generar un corte de energía que suspendió el monitoreo de cámaras, lo que aprovecharon para acceder a la vía pública.

Desde la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, su presidente provincial, el suboficial mayor José Montecinos, dijo que ello refleja una baja asignación presupuestaria que sólo permite realizar obras menores en una estructura que data de los años 40.

Afirmó que la reflexión apunta a todos los recintos penitenciarios del país, sin embargo, en el caso de Osorno, aseguró que si bien se sumaron módulos, existe un casco antiguo que se ha ido refaccionando con baja cantidad de financiamiento y entregado a concesiones que no garantizan solidez en la construcción, lo que se muestra en la extracción de un ventanal de fierro que, supuestamente, se encontraba sujeto a un armazón de hormigón.

Más allá de lo anterior, señaló que al tratarse de una cárcel inserta en medio de la ciudad, la comunidad debe contar con el compromiso de los funcionarios, que independiente de situaciones puntuales y pese a la condición en la que trabajan, ofrecen sus esfuerzos para resguardar la seguridad al interior y también exterior del recinto penal.

Dijo que lamentablemente en la administración estatal deben ocurrir episodios que terminan por cobrar notoriedad pública, para traducirse en reacciones que, en este caso, apunten a fortalecer la asignación presupuestaria en gendarmería.