Con poco más de 20 millones de pesos al año los Bomberos de comunas rurales de la región de Los Lagos deben deben costear sus funciones para no abandonar a sus comunidades.

En las ciudades grandes como Osorno o Puerto Montt en un principio de incendio se envían entre tres y cinco vehículo, llegando en ocasiones más de 20 voluntarios, la realidad en zonas como San Juan de la Costa o Cochamó son radicalmente distintas.

La diferencia entre presupuestos es muy marcada, considerando que la capital regional recibe un aporte del Estado cercano a los 300 millones de pesos, según datos de Gobierno de 2018.

La ruralidad, el aislamiento, pero también la falta de recursos son latentes y se palpan en cada jornada. Comúnmente a las grandes urbes llegan unidades de emergencia nuevas en periodos de tiempo corto, mientras los Cuerpos de Bomberos más pequeños, deben esperar años o recibir los carros que las ciudades dan de baja.

Además por la poca cantidad de dinero que reciben es imposible que tengan conductores a sueldo fijo o una persona que conteste la central de alarmas, lo que genera respuestas tardías, como lo explica el superintendente de la institución voluntaria en San Juan de la Costa, Paulo Gomez.

Con la cantidad de dinero que reciben al año, deben costear combustibles, servicios básicos y reparaciones del material que se desgasta por que tienen máquinas antiguas. De hecho. relata el mando administrativo, que desde enero están con un vehículo en el taller.

En Cochamó la situación es similar, con la diferencia que las cuatro compañías, más la brigada de Llanada Grande, deben controlar individualmente cada emergencia, sin apoyo y en ocasiones incluso sin comunicación, ya que no hay señal de radio ni teléfonos en algunos sectores.

A eso se suma que no cuentan con una línea 132, entonces al ocurrir una emergencia, el llamado es contestado en Puerto Varas y desde allá le avisan al comandante, provocándose otra vez, un retraso, explica el superintendente de éste cuerpo de bomberos, Celso Soto.

Además agregó también el voluntario, que generar una central de alarmas para Cochamó, con los 20 millones de pesos que reciben desde el Estado al año, es imposible realizar las gestiones y por lo mismo es que están trabajando con la municipalidad para generar una solución a eso.

Pese a todos lo inconvenientes que tienen los voluntarios, siguen sin descanso respondiendo a los requerimientos de sus comunidades esperando que algún día, los dineros que reciben aumenten para que estén a la par con sus compañeros de las grandes ciudades de la región.