Los resultados de un muestreo realizado por autoridades sanitarias en Osorno revelaron presencia de hidrocarburos en 23 puntos de la ciudad.

La seremi de Salud de Los Lagos, a través de su sitio web, dio a conocer el reporte de la concentración de hidrocarburos del rango orgánico del diésel, que se llevó a cabo a través de muestras tomadas en diferentes fechas, durante la emergencia y posterior a ésta.

Según se reveló en el documento, de un total de 400 muestras, 23 presentaron presencia de petróleo. Esto confirma la presencia del elemento durante la emergencia, pero esto no corresponde a un parámetro normado.

En el informe se indicó que la Organización Mundial de la Salud no establece un valor de referencia para éstos y, por el contrario, estipula valores para los hidrocarburos con efectos que tendrían toxicidad comprobada, como los normados en el Ministerio de Salud.

Por lo tanto, se estableció la presencia de hidrocarburos en el agua, pero, se sostuvo que éstos son de baja toxicidad.

La jefa del Laboratorio de Salud Pública en la región de Los Lagos, Cristina Hernández, aseguró que hoy el agua que distribuye Essal cumple con todos los rangos de seguridad para el abastecimiento humano, dadas las limpiezas realizadas en la planta y el respaldo de análisis periódicos.

Sin embargo, al ser consultada por Radio Bío Bío respecto a los días de la contingencia, sostuvo que no se podía confirmar a presencia de petróleo en el suministro.

Para la administradora municipal de Osorno, Karla Benavides, la sola presencia de trazas de hidrocarburo en los muestreos sembró dudas por la salud de la población y exigió al presidente Sebastián Piñera y al ministro de Salud que inviertan en lo necesario para dilucidar los problemas del servicio de agua.

Por su parte, el encargado provincial de la Seremi de Salud de la región, Felipe Vergara, argumentó que la Universidad de Los Lagos se equivocó al momento de indicar que la comunidad siga empleando agua embotellada.

En paralelo, desde la Seremi de Salud confirmaron un aumento de un 10% en las enfermedades gastrointestinales, un rango que calificaron de bajo y sobre el cual aseguran el éxito de las acciones desarrolladas en medio de la contingencia.