Pese a que los lodos de salmón del Seikongen no llegaron Osorno, sino que fueron trasladados en el más completo hermetismo a la región del Bio Bio, desde las agrupaciones sociales que se opusieron al plan de descarga inicial afirmaron que el caso no está cerrado, pues los malos olores continúan en Curaco.

Responsabilizan por esto a Ecoprial, el vertedero industrial ubicado en el sector al que llegarían inicialmente los residuos del Seikongen.

En primer término, Ricardo Becerra, de la Red Ambiental Ciudadana, reparó en el hermetismo con el que fue comunicada la derivación de la carga del salmonero hacia la comuna de Florida en el Bio Bio, que sólo conoció la decisión gubernamental cuando ya todo el proceso estaba concluido.

Desde la comunidad indígena de Pucoihue, emplazada en Curaco y que ha debido soportar y denunciar los malos olores en el aire, Roxana Martínez agradeció el apoyo de personas y organizaciones sociales para evitar que llegaran los lodos a Ecoprial.

Sin embargo, reparó en que ello no tiene mayor incidencia en la contaminación del aire que deben soportar y que se incrementa dependiendo de la condición climática. “Hay un olor a caca insoportable”, acusó.

El presidente de la Red Ambiental Ciudadana de Osorno concordó con que el caso no está cerrado y con que la situación del vertedero industrial debe ser revisada, pues ni siquiera contaría con un estudio de impacto ambiental.

Por ello es que están a la espera de los resultados que la Superintendencia de Medio Ambiente obtenga del proceso investigativo que comprometió realizar a propósito de las peticiones efectuadas desde la Comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional de Los Lagos.