Sorpresa causó en la rectoría de la Universidad de Los Lagos la preocupación de estudiantes por la aplicación del decreto 626, que establece un tiempo máximo para cursar una carrera. Asimismo aseguraron que solo tres alumnos debieron dejar la casa de estudios el pasado año, no 30.

El consejero estudiantil, Gonzalo Díaz, develó la inquietud, asegurando que la universidad estaría aplicando esta medida para lograr mayor cantidad de años de acreditación.

Algo que fue descartado por el vicerector académico, Roberto Jaramillo, quien sí reconoció que el decreto busca precisamente asegurar la calidad del egresado de la casa de estudios, entendiéndose que un estudiante que está más de siete año y medio en un carrera, claramente puede tener algún problema que posteriormente afecte su desarrollo profesional.

Explicó que el decreto efectivamente establece la evaluación de la permanencia de aquellos alumnos que no presentan el avance suficiente, pero enfatizó en que la comisión que se forma es flexible y analiza caso a caso, recomendando el mejor camino para el estudiante.

De igual manera descartó que fuera 30 los que el año pasado salieron de la ULA; lo que sí hubo fueron 40 solicitudes de evaluación solicitadas en marzo de 2016; de ellas 33 fueron aceptadas, por lo que los estudiantes permanecieron en sus carreras, mientras que 4 se cambiaron de especialidad y sólo 3 fueron desvinculados.

Misma realidad para este 2017, siendo once las evaluaciones solicitadas, dos de las cuales acarrearon la salida de los alumnos.

Sorpresa causó el planteamiento estudiantil, pues Jaramillo aseguró que el reglamento fue elaborado junto a ellos.

El vicerector aseguró que el decreto 626 seguirá aplicándose, pues pese a la molestia de los estudiantes, es un instrumento que asegura la calidad de profesionales que egresan de la universidad pública local.