En la primera sala del Tribunal Oral en lo Penal de La Serena, región de Coquimbo, comenzó el juicio por el homicidio del médico Nicolás Pinochet, ocurrido durante la madrugada del 9 de julio de 2024.
La Fiscalía, con pruebas reunidas por la Brigada de Homicidios de la PDI y el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), expuso su caso basándose en lo que el fiscal Nicolás Nicoreanu calificó como “hechos con un carácter de inhumanidad de grandes dimensiones”.
Al respecto, el Ministerio Público apunta a la participación de un ciudadano venezolano, actualmente en prisión preventiva, como uno de los responsables del crimen.
En su alegato de apertura, el fiscal Nicoreanu detalló los medios de prueba que se presentarán durante el juicio.
“Tenemos prueba testimonial y videográfica de momentos previos y posteriores al hecho, además de testimonios policiales y una declaración anticipada de una testigo”, dijo.
Encuentro casual
Durante esta primera jornada de juicio, el acusado -identificado con las iniciales C.A.L. y cuyo nombre no puede ser divulgado por orden judicial- entregó su versión de los hechos.
Según su relato, la noche del crimen consumió alcohol y cocaína junto a su entonces pareja, K.R., y su amigo, Omar Arriaza.
En la instancia, aseguró que el encuentro con la víctima, a quien se refirió como “el difunto” o “el doctor”, fue casual: una transacción por un parlante, una oferta de ropa usada y una posterior búsqueda conjunta de más drogas.
El imputado afirmó que en un momento se separó del grupo para comprar cocaína, mientras la víctima prefería pasta base. Tras una discusión con su pareja en la cabaña donde se hospedaban por una supuesta infidelidad, se reencontró con Omar Arriaza, quien —según dijo— llegó “agitado” y con “sangre en las manos y el pantalón”.
C.A.L. relató que su amigo comentó en tono “irónico” haber matado al médico, aunque luego sus heridas las atribuyó a una pelea con cinco sujetos de nacionalidad chilena que lo habrían atacado, los mismos —dijo— que un mes antes lo habían agredido con un bate de béisbol.
“El me explicó que escapó corriendo y se cayó, por eso se había lastimado las manos”, declaró el imputado. Añadió que, tras ese encuentro y en compañía de su pareja, decidieron ir a comer a una estación de servicio, creyendo que el médico se había quedado consumiendo drogas en el lugar.
De Venezuela a La Serena
El testimonio de C.A.L. prosiguió más adelante refiriéndose a su llegada a Chile. Nacido en Venezuela, viajó primero a Colombia, donde conoció a Omar Arriaza, con quien forjó una amistad. Años después, su amigo emigró a Chile y lo instó a seguirlo, asegurándole que las condiciones eran mejores.
Convencido, C.A.L. emprendió viaje y cruzó la frontera de manera irregular, por un paso no habilitado entre Bolivia y Chile.
Antes había residido en Perú y Bolivia, donde conoció a su pareja boliviana, hoy una de las principales testigos en el caso. Una vez en territorio nacional, se estableció en La Serena y arrendó una pieza en el sector de calle Hortensia Bustamante por 80 mil pesos mensuales.
Allí vivía con su pareja, a quien había traído al país también por vías irregulares. En el mismo inmueble, pero en una habitación trasera, residía Arriaza.
Para subsistir, ambos venezolanos se dedicaban al comercio ambulante, vendiendo golosinas y artículos menores en las calles de La Serena y Coquimbo.
Según el propio acusado, el día del crimen contaba con 80 mil pesos, parte de los cuales usó para comprarle al médico un parlante y un gorro.
Un testimonio clave en caso de Nicolás Pinochet
Cabe recordar que una de las pruebas centrales de la fiscalía es la declaración anticipada de K.D., la ciudadana boliviana y expareja del imputado. En su testimonio afirmó que el propio C.A.L. le confesó haber participado en el crimen.
“Me dijo: ‘lo matamos’, refiriéndose al doctor”, declaró la mujer, quien agregó que el acusado la amenazó con dañar a su familia si hablaba del hecho.
Según su versión, esas amenazas no eran nuevas, por lo que en más de una ocasión pensó en regresar a su país por miedo a represalias. La testigo también relató que Omar Arriaza, el segundo imputado y actualmente prófugo, estuvo hospitalizado cerca de un mes en el hospital de La Serena tras ser golpeado por un grupo de chilenos. “Lo golpearon unos chilenos”, aseguró durante su declaración.
Defensa señala que no existe evidencia suficiente
Por su parte, el defensor penal jefe Román Zelaya planteó que la Fiscalía busca atribuir todos los delitos a su representado debido a que el segundo acusado no ha sido detenido.
“Parece lógico deducir que lo que se pretende es imputarle todas las conductas a quien está en custodia”, señaló el abogado, quien cuestionó la solidez de la investigación.
Zelaya argumentó que la ausencia del segundo imputado dificulta la reconstrucción completa de los hechos. “Naturalmente, el hecho de que esté prófugo hace imposible esclarecer totalmente la secuencia de lo ocurrido”, indicó.
Uno de los elementos clave discutidos fue la declaración anticipada de la pareja de uno de los acusados, quien supuestamente se encontraría en el extranjero.
La defensa la ofreció como testigo, y Zelaya aclaró que si no comparece al juicio, “será un antecedente que el tribunal deberá considerar para la decisión final”.
De todas formas, el abogado manifestó confianza en que, una vez evaluadas todas las pruebas, no habrá elementos suficientes para condenar a su cliente. “Creemos que no existirán pruebas que acrediten su participación en el homicidio”, afirmó.
Además, adelantó que presentarán un informe psicológico que describiría al acusado como “una persona sin rasgos criminológicos ni conductas violentas”. También aseguró que su defendido no registra antecedentes penales en su país de origen.
Continuidad del juicio
Cabe señalar que durante la jornada de ayer declararon también -a puertas cerradas- el padre del médico Nicolás Pinochet y un experto de la PDI encargado del peritaje del cuerpo, debido a la sensibilidad de los testimonios y la protección de la honra de la víctima.
El tribunal programó para hoy la continuación del juicio con la declaración de nuevos testigos y la presentación de más pruebas. Se espera que las audiencias se extiendan hasta el próximo lunes, cuando los jueces escuchen los alegatos finales y dicten sentencia.