Una familia de Coquimbo quedó dramáticamente afectada por un ataque con fuego que recibió Eduardo Iribarren (32), lesionando no solo su humanidad sino que es una situación que lo ha imposibilitado a trabajar tanto a él como a su mamá, quien ha tenido que dedicarse a su cuidado por su grave situación.

Ana Angélica Godoy, madre de Iribarren, un profesor que resultó gravemente herido tras el ataque sufrido el 13 de agosto en Coquimbo, afirma que tras el hecho ni ella ni su hijo han podido trabajar, por lo que se encuentran en una difícil situación.

Lea también: PDI investiga agresión contra conductor en Coquimbo: habría sido quemado por malabarista

“Lo que necesitamos ahora es que nos ayuden”. Con esta frase, la madre de quien fuera quemado por un malabarista en Coquimbo, hace un llamado a las autoridades para que puedan tenderle una mano debido a los difíciles momentos que está pasando su familia tras la lamentable situación que les tocó vivir.

El hecho se produjo la tarde del sábado 13 de agosto, cuando un individuo que practicaba malabarismo en la intersección de la avenida Alessandri con la Ruta 5 Norte -quien ahora se encuentra en prisión preventiva por este delito- tras una discusión roció y le prendió fuego al cuerpo de Iribarren, dejándolo gravemente herido.

Lea también: Hombre quemado por malabarista se recupera en Hospital de Coquimbo

“Desde que nos pasó todo esto, podríamos decir que se nos vino la vida abajo. Mi hijo, que es profesor, no puede trabajar porque está en recuperación y pasará mucho tiempo antes de que pueda recuperarse y volver a tener algún ingreso”, sostuvo Ana Godoy, en un tono evidentemente afectado.

La madre cuenta que ella también se vio afectada laboralmente, ya que, debido a que ha tenido que cuidar permanentemente a su hijo está a punto de perder su trabajo. “Ya estoy prácticamente fuera de mis labores. No he podido asistir a mi trabajo porque tengo que cuidar a Eduardo. Eso nos tiene mal, porque al estar los dos sin trabajo, estamos prácticamente sin ningún tipo de sustento y tenemos que pagar arriendos, y todos los gastos que implica vivir. Eso antes lo hacíamos los dos, pero ahora no tenemos cómo. Además que también tengo una hija pequeña, y ella se está viendo afectada por la situación”, agrega.

Daño psicológico

Además de lo económico, Godoy narra que desde que su hijo fue atacado, ha entrado en una profunda depresión.

“Era una persona muy alegre, con mucha vida y energía, pero desde que pasó esto que cambió mucho. No es lo mismo, la vida le cambió y no es para menos. Uno a veces y trata de hacerse la fuerte y darle ánimo, pero también me quiebro, porque nuestra situación es crítica en todos los sentidos e insisto, nunca pensé que estaría pidiendo ayuda, pero la verdad yo llamo al municipio a que puedan colaborarnos”, concluyó.

Gastos médicos

Pese a que la atención en el hospital ha sido gratuita para su hijo, Ana Angélica Godoy, asegura que igualmente los gastos para la recuperación de su hijo en cuanto a cremas y algunos remedios han tenido que costearlos ellos mismos.

“En el hospital le hacen los exámenes, pero hemos tenido que realizar curaciones por nuestra cuenta para que sane más rápido, eso lo hemos costeado con dinero de nuestro bolsillo y con algunos eventos a beneficio que hemos efectuado”, consignó.