Inmigrantes que cruzan el desierto caminando para ingresar al país de forma ilegal, intentando no dejar huella y burlar controles fronterizos, muchas veces solos, otras siendo parte de redes de tráfico de migrantes.

No hablamos de la realidad que se vive en la frontera de Estados Unidos con México, sino que en el borde que separa Chile con Perú, especialmente la zona litoral.

Pero a diferencia del contexto norteamericano, donde se les conoce como “espaldas mojadas”, el término criollo es “pies mojados”, ya que transitan por la orilla de la playa, con los desérticos parajes del extremo norte de fondo en su aventura.

Según detalló La Estrella de Arica, este modo incluso ya es una de las preocupaciones de la Fiscalía, organismo que admitió que es una realidad que se vive a diario en suelo nacional, por muy extranjero que suene el fenómeno.

“El traslado de inmigrantes por pasos vía terrestre es la realidad nuestra. Cuesta dimensionar que esto está pasando en Chile y en nuestra frontera”, dijo la fiscal regional, Javiera López.

“Generalmente asociamos el tráfico de migrantes a los casos que aparecen en las noticias que afecta a los migrantes en Siria, África e incluso las espaldas mojadas que también conocemos desde México. Acá no tenemos espaldas mojadas, tenemos pies mojados”, añadió la persecutora en el marco de la campaña “Negocio Mortal”.

Frontera

Carabineros es la institución a cargo de los patrullajes en la zona, procedimientos que, en lo que va de 2018, han dejado un total de 2.050 personas sorprendidas queriendo ingresar a Chile ilegalmente.

A diario, de hecho, interceptan entre tres y seis personas incurriendo en estas prácticas.

Lo anterior supera con creces a 2017, año que totalizó 1.400 personas descubiertas tratando de entrar a Chile de manera fraudulenta, según precisó el subprefecto rural fronterizo, Fuad Chabán.

Pero ser un pies mojados no es la única forma irregular de entrar a Chile. Vía terrestre también se ha detectado gente entrando en los maleteros de los autos.

Por aire, añadió la fiscal López, “se habla de la falsificación de documentos para ingresar al país y esa modalidad puede estar instalada en el aeropuerto de Santiago”.

2018 también trajo un cambio en cuanto a las nacionalidades de quienes intentan llegar a Chile por estas vías: si en 2016 y 2017 la mayoría eran dominicanos, ahora son cubanos.