Se trata de la primera acusación simultánea por tráfico de drogas, asociación ilícita para el tráfico de drogas y lavado de activos que se presenta en la región de Antofagasta, principalmente para dos mujeres chilenas llamadas "Las Tías", quienes dirigían jerárquicamente a su familia y banda que operaba en Calama.

Durante esta jornada, en Antofagasta, comenzó el histórico juicio oral contra de los 13 integrantes de la organización criminal denominada “Las Tías”, para quienes se solicitan penas que en total bordean los 530 años de cárcel.

A lo anterior, además, se suman multas por un total de $680 millones. Esto, en contra de la banda que operaba en Calama, región de Antofagasta.

La agrupación de carácter delictual, que lleva el nombre por su estructura jerárquica, era dirigida por dos mujeres de nacionalidad chilena (apodadas “Las Tías”), quienes ejercían su actividad ilícita en coordinación con hijos, esposos y familiares.

Se debe precisar que por primera vez -en la historia de la reforma Procesal Penal en la región- se presenta una acusación simultánea por los delitos de tráfico de drogas, asociación ilícita para el tráfico de drogas y lavado de activos, en contra de los líderes de una banda criminal.

En este caso, la banda se dedicaba a la venta y distribución de drogas, principalmente pasta base. Dicha actividad la realizaban de manera continua, en dos inmuebles deshabitados de Calama, los cuales habían sido “tomados” por la agrupación, aprovechando que sus legítimos propietarios habían fallecido.

Calama: la investigación sobre “Las Tías”

El fiscal regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, explicó que la pesquisa comenzó en 2019 con distintas diligencias que permitieron ir conociendo la forma de actuar del grupo e identificar a sus integrantes y los roles que cada uno jugaba en la organización.

Además, comentó que “Las Tías” se encargaban “de contactar a los proveedores de droga, repartirla entre sus mandos medios y, en general, tomar todas las decisiones importantes que atañen al funcionamiento de la banda”.

Según la investigación, la venta de droga se realizaba a través de los denominados “soldados” o “pilotos”, que iban siendo constantemente intercambiados y reemplazados, mientras que otros miembros se dedican a trasladar la droga desde lugares de acopio a los domicilios para dar continuidad a la venta del producto.

La particularidad que tenía esta asociación ilícita -agregó el fiscal- es que llevaba varios años dedicándose ininterrumpidamente al tráfico de drogas en Calama y, pese a los constantes esfuerzos de las policías, no había sido posible desarticularla.

“Los domicilios (donde se vendía la droga) habían sido allanados varias veces, pero solo se había logrado detener a quienes cumplían el rol de vendedores”, explicó el fiscal.

Agregando que “esta investigación lo que hizo fue reconstruir toda la orgánica de la asociación ilícita para que, en definitiva, se pudiera acreditar la participación de los demás miembros, desde sus líderes y mandos medios, hasta los vendedores”.

Acusación

De esta manera, en septiembre del año pasado, el Ministerio Público presentó acusación en contra de los 13 integrantes de la banda, solicitando para ellos un amplio repertorio de penas que, en total, suman alrededor de 530 años de cárcel, incluyendo penas de presidio perpetuo para los líderes de la estructura.

Así, según indicó el persecutor, durante el juicio, el Ministerio Público expondrá ante los magistrados la abundante prueba reunida en estos años de investigación, donde se incluyen declaraciones, antecedentes patrimoniales de los imputados, escuchas telefónicas y pericias financieras.

Cabe señalar que, atendida complejidad de la investigación y la gran cantidad de prueba que se debe rendir, la sala el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Antofagasta programó para su desarrollo audiencias diarias hasta el mes de junio, sin acceso a público por capacidad del tribunal.