"Espero que la justicia actúe, que me crean", agregó la joven, quien asegura tener secuelas tras la agresión sexual, como depresión, se hiere a si misma y que tiene "asco y miedo" hacia personas de sexo masculino.

En septiembre de 2021, una joven de entonces 18 años denunció haber sido víctima de una violación “en manada” por ocho jugadores de fútbol al interior de la Casa Naranja del club deportivo Cobreloa, en Calama.Caso que fue cerrado sin culpables.

Y tras la reapertura del caso en 2023, por posible vicios en la investigación inicial, durante las últimas horas se conoció la versión de la joven denunciante.

En un reportaje de Canal 13, la víctima, cuya identidad fue protegida por el medio, relató que fue abusada por ocho personas el 16 de septiembre de 2021, en un lugar donde viven futbolistas y cadetes del club loíno.

“Me pegaron cachetadas, con un cinturón, me ahorcaron, eran bastante violentos”, contó la afectada, asegurando que en el lugar los jóvenes habían consumido alcohol, marihuana y cocaína. Ella asumió que también consumió.

En detalle, la joven contó que “llegué a esa casa como a las 22.30 horas, me invitó un amigo que yo tenía en ese tiempo, porque era 18 de septiembre y se trataba de un asado”.

“Yo fui con uno al baño, y llegando al baño me encuentro que hay dos personas más. Ahí intento salir del baño, y me toman de los brazos y me llevan a una pieza. Ahí habían más personas”, relató. “Traté de escaparme, estaba shockeada, por eso no hice nada”, complementó.

Asimismo, confirmó que hubo grabaciones por videollamada mientras se cometía el ilícito: “Me mostraban (por la cámara) y decían ‘mira como tenemos a esta mina’ y se reían. Me sentía mal, me sentía sucia, pero yo decía que si me dejaba, iba a ser más rápido. Si me oponía podían hacer algo peor”.

“Uno de ellos tenía el cinturón puesto, se lo sacó y me lo puso en el cuello y me empezó a ahorcar. Después me pegaban con el mismo cinturón”, relató la joven.

Un día después de la agresión, la víctima hizo la denuncia en Carabineros, quienes le pidieron realizar un peritaje en el hospital de Calama.

Ahí, una doctora y una matrona confirmaron la agresión, debido a la presencia de “signos físicos sugerentes de violencia sexual”.

Pero fue en el cuartel de la Policía de Investigaciones donde comenzó la segunda parte de la pesadilla de la joven. Aseguró que los funcionarios la hicieron desistir de continuar con la denuncia.

“Me dijeron que es un club deportivo, tienen buenos abogados, que yo no tenía nada, estás sola y tampoco te ves tan afectada como el resto de víctimas. Pensé en el momento que tenían razón y no quise seguir”, precisó.

Posteriormente, la PDI, en el informe entregado el 23 de septiembre de 2021 al Ministerio Público, notificó que no se hicieron más diligencias porque el delito de violación fue desestimado por la víctima y que las relaciones sexuales fueron consensuadas.

Sin embargo, la joven afirmó que ya en su casa, investigadores de la PDI le pasaron un papel y lo firmó, sin leerlo, pero aseguró que nunca había cambiado su versión de los hechos.

A pesar de la fuerza de las pruebas, la denuncia no prospero.

En tanto que Fernando Ramírez, expresidente de Cobreloa, quien dijo saber del caso al día siguiente de la agresión ocurrida al interior de “una de las casas del club”. Intentó hacer una denuncia cuando asumió en el cargo (tres meses después), pero el directorio del club se opuso porque “el caso está cerrado”.

Del mismo modo, Ramírez contó que se autodenunció en 2022 en el Ministerio del Deporte, pero nunca lo volvieron a contactar.

Caso que, tras conocerse cómo sucedieron los hechos, fue reabierto por la Fiscalía Regional de Antofagasta, que instruyó una investigación administrativa para indagar irregularidades. En tanto, en la PDI también ordenaron un sumario interno para fiscalizar las diligencias de los funcionarios en Calama.

Por su parte, la Cámara de Diputadas y Diputados también investiga la denuncia, instancia donde el presidente del Comité Nacional de Arbitraje, Eduardo Arévalo, aportó con nuevos antecedentes del hecho que habría ocurrido en septiembre de 2021.

Arévalo aseguró que para ellos no es un “presunto delito”, sino que es un “delito de violación”.

Además, la autoridad del arbitraje chileno dijo que “hay una serie de inconsistencias respecto a lo que en esta misma sala declararon, y por escrito, los señores Pablo Milad y Marcelo Pérez, presidente de la ANFP y presidente del Club Cobreloa, además de la Federación”.

La víctima, en tanto, será defendida por abogados de la fundación Por los Sueños de la Infancia, que presentarán una querella criminal contra quienes resulten responsables de esta agresión.

“Espero que la justicia actúe, que me crean”, agregó la joven, quien asegura tener secuelas tras la agresión sexual, como depresión, se hiere a si misma y que tiene “asco y miedo” hacia personas de sexo masculino.

Violencia contra la mujer
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