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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Jeannette Jara, abanderada comunista, sorprende al despegarse con un 60% de los votos en las elecciones, dejando en la derrota a las bases del Gobierno. Su popularidad creció tras su rol como ministra del Trabajo durante la reforma de pensiones y las 40 horas. En contraste, la exministra Tohá y Winter, candidato del Presidente, sufrieron derrotas abrumadoras. La victoria de Jara desequilibra al Frente Amplio y plantea desafíos de liderazgo y estrategia para el futuro. La Moneda analiza su rol, mientras el experto destaca la necesidad de llegar al electorado despolitizado.

Un desequilibrio, un desfonde o un desgaste. Así podría resumirse la estrepitosa derrota que propinó la abanderada comunista, Jeannette Jara, a las bases del mismo Gobierno que la catapultó como la carta oficialista para vencer a la derecha en los comicios de noviembre próximo.

La figura de la administradora pública y abogada de profesión creció justamente al alero de su cargo bajo el Mandato de Gabriel Boric. Como ministra del Trabajo alcanzó notoriedad durante la reforma de pensiones y, más aún, con el proyecto de las 40 horas. En ese rol se granjeó fama de figura “distanciada de las élites”, lo que le permitió durante su campaña ganar en popularidad de manera exponencial. Si a principios de la competencia, empataba en 20 puntos con Winter, en solo un par de semanas consiguió despegarse hasta un 60% de los votos. De paso, enterró las aspiraciones del candidato del partido del Presidente y de su excolega en La Moneda, Carolina Tohá.

Ambos, pasaron a encarnar el rostro de la derrota. La exministra del Interior, misma que todos veían como la mejor carta para evitar un nuevo gobierno de la derecha, no obtuvo ni la mitad de los votos que Jara. Mientras, “el candidato de la continuidad” se tuvo que conformar apenas con el 9% de las preferencias, lo que se traduce en un duro golpe para el Frente Amplio y, en consecuencia, para el Gobierno que encabeza Gabriel Boric Font.

“El 9% de Winter se explica en el desgaste del Gobierno que se trasladó hacia quien, en opinión de los que votaron, era el representante del Presidente”, dice analista político Marco Moreno Pérez.

“Es un fracaso porque, en mayo, Winter y Jara estaban empatados. O sea, no es un problema de que esto ocurrió todo el rato. Esto ocurrió durante las últimas seis semanas. Se desfondó (la candidatura de Winter) y el crecimiento de Jara fue extraordinario, se llevó todo y eso genera para el Gobierno, y para el Frente Amplio en particular, un desequilibrio para el futuro bastante complicado. Ellos están acostumbrados a tener un control sobre la coalición, esa es la historia del Frente Amplio”, retruca el sociólogo Alberto Mayol.

En esa línea, sostiene los resultados ponen al conglomerado oficialista en “un problema mayor”, porque “surge un segundo liderazgo importante del Partido Comunista que es Jeannette Jara, más Camila Vallejo. Se configura un espacio que ellos no tenían contemplado, porque los que viven más subvencionados por el anticomunismo son los del Frente Amplio”.

Las evaluaciones de La Moneda

Hasta entrada la noche de este domingo, en La Moneda justamente analizaban el rol que deberá asumir Jara. Según cuentan inquilinos de Palacio, existen sectores que ven con incomodidad que sea el Partido Comunista el encargado de aglutinar a la izquierda, en desmedro del partido del Presidente. Y es que el PC ha sido una de las colectividades que más se ha descuadrado por fuera de los lineamientos del Gobierno. De todos modos, en la casa de Gobierno destacan que Jara muestra una faceta distanciada de la vieja guardia de la tienda de la hoz y el martillo. Ha mostrado, por ejemplo, diferencias públicas con el líder comunista, Lautaro Carmona.

Sin ir más lejos, el Presidente Gabriel Boric, antes de saludar a Jara por redes sociales, se contactó con su exsecretaria de Estado vía telefónica. Quienes conocieron de cerca la comunicación, explican que se dio prácticamente en el mismo tono del mensaje publicado en X.

“Pasa de inmediato a encabezar las fuerzas del progresismo hacia el futuro, que con claridad la ha elegido como líder”, escribió Boric, aludiendo a la unidad que deberá reforzar Jara en la izquierda.

“Jara llegó a los jóvenes y a sectores populares. Y es ahí donde están las mayorías que le permitió ser mucho más competitiva. Creo que tiene que desarrollar más esa capacidad. Podría tener un potencial de crecimiento, incluso, yo me atrevería a decir mucho más relevante que Tohá, porque Tohá era muy de élite todavía y Jannette Jara no lo es“, sostiene Claudio Fuentes, director del Instituto de Investigación y Ciencias Sociales de la Diego Portales.

“Hay varias lecturas que se pueden hacer, varios clivajes que se podrían pensar o varios binomios. Y un binomio bien interesante es ‘la elite versus lo popular’. Otro binomio que claramente no se reprodujo en la votación es ‘Santiago versus regiones’, porque Mulet era el único candidato de regiones contra tres de Santiago y a Mulet la verdad no le fue muy bien. O sea, ni en regiones. Ni siquiera en su propia región, en Atacama”, complementa Roberto Munita, analista político, director de Administración Pública de la Universidad Nacional Andrés Bello.

“El binomio ‘popular versus elite’ al parecer fue muy potente, sobre todo porque Jara logró meter la cuña de que tanto Winter como Tohá pertenecían a una elite”, acota.

El fuego amigo

Según Moreno, la derrota de Tohá pasó por la “dificultad que tuvo el Socialismo Democrático para hacer una campaña en terreno efectiva”. A eso se suman otros errores no forzados, como los comentarios de Óscar Landerretche, quien fustigó a otras figuras dentro del conglomerado y abrió el fuego amigo. Desde entonces, el propio comando de Tohá reenfocó su campaña y destinó sus esfuerzos “a contrarrestar al Partido Comunista”, según una minita difundida por su equipo poco antes de los comicios.

Sobre la debacle del partido del Presidente, relegado a un tercer lugar, el especialista sostuvo que “la caída del Frente Amplio muestra que evidentemente una parte importante de su electorado migró hacia la candidatura de Jeannette Jara”.

“El gran desafío para ella y para el oficialismo es cómo estructurará una propuesta programática, pero también de relato para llegar al electorado de centro que no está muy interesado en la política, que es un electorado despolitizado, desideologizado y que, por lo tanto, se mueve por otras claves y no netamente las políticas”, añade.

“Con la gran cantidad de abstención que hubo hoy día, son fundamentalmente los ciudadanos a los que Jeannette Jara va a tener que ofrecerle una propuesta”, plantea el también director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central de Chile (UCEN).

En esa línea, apunta a que a que “la mitad del padrón son electores obligados, despolitizados y volátiles. Por lo tanto, esa mitad del padrón en la práctica es lo que los candidatos van a tener que ir a buscar. La pregunta es quién va a poder diseñar una mejor oferta para llegar a esos ciudadanos que llamamos hoy día los electores obligados”.

El fantasma del proceso constituyente

De acuerdo a Mayol, lo que ocurrió con Jara es un “fenómeno de acumulación de gran velocidad, donde pasamos en un mes y medio a que Jara tuviera 22 puntos a tener hoy 60 puntos. Eso lo tenemos medido y la proyección que nos daba era que si seguía siendo lineal sacaba los 60 puntos y eso fue lo que ocurrió”.

“A Jara el partido le va a pesar. No sólo por el tema del anticomunismo, sino porque además el partido no está ordenado en torno a ella. Eso le va a significar un problema”, sentencia el sociólogo sobre las posibilidades reales que tiene la ahora candidata oficialista en una segunda vuelta.

Sobre el lugar donde podría encontrar los votos necesarios, el columnista político plantea que “no está fácil”. “Ella evidentemente va a tener que avanzar hacia el centro, pero la vocación del Partido Comunista es distinta y sus votantes quieren escuchar el mismo mensaje que han escuchado más o menos siempre. La capacidad de tolerancia de una migración muy clara hacia el centro es compleja”.

“Lo que tiene que hacer Jara es lograr legitimar una visión muy profundamente arraigada en la izquierda. Y eso no es fácil porque, además, la magnitud de su triunfo es también un problema para ella ¿Por qué? Porque no tiene ‘necesidad’ por decirlo así de negociar con nadie y ese es un escenario que no le ayuda respecto a su propio público. Le podría pasar lo que ocurrió en los dos procesos constituyentes: unos se volvieron locos porque ganaron por con mucha distancia y los otros se volvieron locos por lo mismo. En el fondo, tu base no te deja negociar y ese va a ser un gran problema para Jara”, cierra Mayol.