Hace un par de años, “Josefa” denunció una serie de abusos sufridos mientras realizaba su especialización en Neurología. Un proceso que terminó con su eliminación, sumarios cerrados y nulas respuestas. Por lo mismo, acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH- para buscar justicia.
Si se hiciera un breve resumen de lo ocurrido con Josefa, nombre ficticio de la víctima, quien pidió resguardo de su identidad, sería: “historial de denuncias por acoso que quedaron en nada”.
Denunció ante la Superintendencia de Educación Superior, en la Universidad Mayor -centro formador-, en el Servicio de Salud Araucanía Norte. Envió cartas al Ministerio del Trabajo, Salud e incluso al Presidente Boric, pero nada le resultó.
La Superintendencia de Educación Superior -SES-, tras una acción judicial en Contraloría, formuló cargos a la universidad por no responder la denuncia de acoso y por eliminarla sin aviso, pero quedó en nada.
Por lo mismo y como último recurso, en septiembre de 2024 y a más de 5 años de iniciado los episodios de acoso denunciados, decidió llevar al Estado de Chile ante la CIDH. Junto con ello, ingresó una nueva denuncia en la SES.
En febrero de este año, Josefa recibió la respuesta de la Comisión, desde donde le informaron que “mediante nota de la fecha se han remitido las partes pertinentes de su petición al Gobierno de Chile y se ha fijado un plazo de tres meses, prorrogable si fuese necesario hasta un máximo de cuatro meses, para que este presente sus observaciones”.
Según información recabada por BioBioChile, la notificación llegó a Cancillería, quienes se harán cargo de revisar la petición del CIDH. Sin embargo, no ahondaron más en la medida.
Paralelamente, desde la SES afirmaron a este medio que ellos llevan adelante una investigación por la nueva denuncia de Josefa, pero que no han sido notificados de algún requerimiento por parte del CIDH.
Historial de acoso y denuncias
Si volvemos atrás -y a modo de resumen-, en abril de 2018 Josefa inició su especialidad médica, a la cual accedió tras un impecable desempeño profesional.
Su beca partió en el Hospital de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), en la comuna de Las Condes, donde comenzaron sus problemas. Se topó con un colega, un becario de segundo año, que -según afirmó- la sobrecargaba laboralmente y no le permitía asistir a clases.
Por lo mismo, dado el agobio, comunicó lo que ocurría al jefe de becarios, quien intervino y habló con el involucrado, pero la situación no se detuvo, sino que aumentó.
Tras esto, otros becarios también habrían comenzado con hostigamientos. Josefa denunció que le escondían las fichas clínicas, dejaron de hablarle e incluso acusó que le cambiaban las dosis de los medicamentos que debía entregar.
Finalmente, la estudiante de la Universidad Mayor fue cambiada al Hospital Félix Bulnes, donde el acoso continuó. Volvió a denunciar y la volvieron a ignorar.
Josefa desarrolló una depresión debido a la situación. Por otro lado, en señal de apoyo, el Colegio Médico envió una denuncia a la Universidad Mayor y al Servicio de Salud Araucanía Norte.
Dicha carta se envió el 15 de marzo. Doce días de presentada la denuncia, le le informaron que había sido suspendida de la beca.
Sin embargo, lo más grave no quedó ahí, pues la becaria se dio cuenta que adulteraron su informe de notas y asistencia. Por lo mismo, este fue el motivo de su suspensión.
Finalmente, a Josefa -por ahora- solo le queda esperar el cumplimiento de los plazos establecidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y así obtener una respuesta.
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