"Hoy un criminal que ha estado dispuesto a secuestrar, torturar y asesinar a una persona y lo ha hecho en numerosas ocasiones, no tiene posibilidad de reinserción", aseguró el diputado republicano, Cristián Araya.

Hace unas semanas, el candidato presidencial de Republicanos, José Antonio Kast, encabezó una delegación de su partido que visitó a El Salvador, para conocer en terreno el polémico sistema carcelario que implementó Nayib Bukele, algo que -guardando las diferencias- también podría ser implementado en Chile, según afirma el diputado Cristián Araya.

Así lo aseguró en entrevista con BioBioChile, donde abordó el “secreto” detrás del “éxito” en el país centroamericano, que disminuyó en un 60% sus homicidios en 2022. Se trató de una visita “técnica”, donde visitaron el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la mega cárcel que alberga a los presos más peligrosos del país caribeño.

“Estuvimos en El Salvador con el objetivo de conocer, con mayor profundidad y en terreno, la experiencia salvadoreña en el combate contra el crimen organizado y el terrorismo”, asegura el diputado republicano.

“El Salvador era el país de Latinoamérica más peligroso del mundo y desde el arribo del Presidente Bukele, tuvo un giro positivo, demostrando que es posible vencer al crimen organizado, la delincuencia y el terrorismo”, agregó Araya.

– ¿Pudieron ver el estado en que están las personas recluidas?

Sí, las vi. Visitamos el Cecot, esta mega cárcel que tiene varios anillos de seguridad. El primer anillo exterior es controlado por el Ejército, luego por la Policía y finalmente, por el símil de lo que sería Gendarmería y evidentemente es un sistema muy estricto.

Estamos frente a los más peligrosos criminales de El Salvador y probablemente uno de los grupos más peligrosos y despiadados de Latinoamérica y que están sometidos a un estricto régimen disciplinario de control.

– ¿Y en esa visita ustedes pudieron ver si ellos tenían alguna oportunidad de capacitación o algún taller dentro de la cárcel? ¿O solamente están confinados?

En el Cecot estamos hablando de miembros de las pandillas más peligrosas de El Salvador, asesinos, extorsionadores, secuestradores y ellos no tienen ni está proyectada una posibilidad de programas de reinserción ni rehabilitación.

Ellos están aislados y sometidos a un régimen muy estricto de seguridad, porque se entiende, y en eso valoramos la sinceridad pocas veces vista en líderes políticos, en decir que este tipo de asesinos despiadados no tiene rehabilitación.

– Diputado Araya y ustedes viendo en terreno el sistema carcelario de El Salvador ¿Es posible aplicar el modelo Bukele en Chile?

El Salvador tiene muchas diferencias con nuestro país. Evidentemente, hay ciertas estrategias que se pueden replicar adaptándonos a la realidad chilena. El Salvador llegó a sufrir más de ciento cinco muertes por cada cien mil habitantes, mientras hoy en Chile estamos en seis asesinados por cien mil habitantes. En el caso chileno, las bandas que están operando tienen una fuerte influencia de origen extranjero, venezolanos, colombianos. Mientras que en el caso de El Salvador eran nacionales.

Son varias las diferencias, pero evidentemente hay una estrategia que pudimos conocer en mayor profundidad, que nos permite poder proyectar una alternativa para nuestro país, guardando las diferencias entre El Salvador y Chile. Por ejemplo, lo que nosotros rescatamos en el combate contra el crimen organizado es entender que no debemos ir solo frente al delito, sino a las organizaciones.

Y tradicionalmente la persecución policial y penal se ha enfocado en perseguir el homicidio, el secuestro, la extorsión. Pero la estrategia exitosa del presidente Bukele fue ir contra la organización delictual, contra la estructura que se dedica a la comisión de delito, cambiando un poco el foco. O sea, todos aquellos que pertenecen a estas organizaciones delictuales que tienen por centro el cometer ilícitos, eso es constitutivo de delito y se les persigue en primer lugar por eso y luego se les va incorporando todos los delitos de los cuales han sido parte los miembros de esta organización delictual.

– Distintos organismos de Derechos Humanos han cuestionado el modelo Bukele, advirtiendo vulneración de derechos fundamentales en El Salvador ¿Qué opina al respecto? ¿Pasaría lo mismo en nuestro país considerando la influencia de entidades como el INDH?

Al igual que en El Salvador, en Chile ningún organismo internacional de Derechos Humanos se pronuncia por la criminalidad, por el terror que genera la delincuencia, el terror que viven nuestros compatriotas. Estos organismos internacionales están preocupados de los derechos de los criminales y no de las personas honestas.

Nosotros creemos que hay diferencias en la realidad que vive El Salvador con la que vive Chile, pero aquí hay cosas que tenemos que dejar en claro. Tenemos en Chile un sistema garantista. Tenemos un Poder Judicial y sectores políticos que están más preocupados de los derechos de los delincuentes y tenemos que hacerle frente políticamente para poder lograr implementar una política de seguridad que ponga la seguridad de las personas honestas en el foco.

– De todas maneras, si uno lo mira en perspectiva, para las personas que han cometido delitos no tan graves, es una solución en el corto plazo tener a muchas personas detenidas, porque no se le puede tener eternamente en la cárcel. En ese sentido, ¿qué tan clave puede ser también la reinserción dentro del sistema penitenciario chileno para enfrentar también la crisis de la delincuencia?

Aquí debemos distinguir cuando estamos frente a miembros del crimen organizado que para ser parte de esta organización tuvieron que matar, donde han realizado numerosos secuestros y actos extorsivos y asesinatos, debemos tener la sinceridad como sociedad de entender que ellos no tienen posibilidad de reinserción.

Cuando cumplan su condena en sesenta u ochenta años más, ahí tendremos que discutir cómo se reincorporarán a la sociedad en ochenta años más. Pero ese tratamiento es distinto al tratamiento de la delincuencia común, aquel que comete un hurto, aquel que comete delitos menores, son dos cosas absolutamente distintas.

Aquí, cuando se toman estas medidas de control estricto es para enfrentar a quienes no tienen posibilidad de reinserción. Y es necesario que de una vez por todas, como sociedad, tengamos la honestidad de dejar de plantear una realidad que no existe.

Hoy un criminal que ha estado dispuesto a secuestrar, torturar y asesinar a una persona y lo ha hecho en numerosas ocasiones, no tiene posibilidad de reinserción.

– ¿Todo lo que lograron conocer en esta visita a El Salvador lo usarán también de insumo para el programa de Gobierno del candidato de Republicanos, José Antonio Kast?

Sí, las experiencias exitosas que estamos recogiendo en distintos países, por ejemplo, frente al crimen organizado en El Salvador o para el control migratorio en Hungría. O políticas económicas como las que está liderando el presidente Milei, obviamente son insumos importantes que vamos a tener en consideración para nuestro plan para el futuro Gobierno.

– Pero para eso también se requerirían cambios legislativos, no se puede gobernar por Decreto.

Efectivamente, se requieren cambios legislativos, se requieren políticas públicas nuevas. Y ahí está la gracia de tener un plan de ruta claro, un liderazgo firme, con el que podremos llevar a cabo una política exitosa de combate contra el crimen.

Hoy el presidente Bukele tiene cerca del ochenta y cinco por ciento de aprobación por el éxito que ha tenido en el combate contra la delincuencia. Y evidentemente, nosotros en la medida que le propongamos a Chile un plan vigoroso para poder restaurar el orden y la ley, creemos que vamos a tener el apoyo ciudadano y la mayoría en el Congreso para poder implementar nuestro plan de seguridad.

– Y en el caso eventual de que, por ejemplo, en primera vuelta, José Antonio Kast no logre pasar al balotaje ¿Están dispuestos a negociar todas esas propuestas con el candidato que quede de derecha?

Nosotros lo que queremos es lo mejor para el país. Y si es José Antonio u otro candidato del sector, por supuesto que nuestras ideas, nuestros planes, nuestra planificación están a disposición de aquel que lidere el futuro del país.

A las víctimas de delincuencia les da lo mismo la diferencia que podamos tener a nivel político, como también al delincuente, le da exactamente lo mismo si su víctima es de izquierda o derecha, es moro o cristiano.

Aquí hay que tener claro que antes que cualquier diferencia, tenemos el deber de restituir el orden. Y eso significa tener las alturas de miras, de que ya sea José Antonio Kast o cualquier otra persona que lleve los futuros del país, que esté dispuesta a enfrentar con decisión la delincuencia, va a contar con el total respaldo del Partido Republicano.