Según información recabada por Vicuña, el 12% de los niños, niñas y adolescentes chilenos tiene un papá migrante. O sea, adultos que tuvieron hijos en Chile. Es por esto que surge la pregunta sobre cómo regularizar a los cerca de 150 mil menores en situación irregular.

El exdirector del Servicio Jesuita Migrante, José Tomás Vicuña, entregó su apreciación sobre el Segundo Reporte con Estadísticas Migratorias, el cual contiene datos entre 2014 y 2023, y que fue dado a conocer por el Servicio Nacional de Migraciones.

Cabe mencionar que en su cuenta de X (exTwitter), Vicuña hizo un “zoom en los datos sobre Ingresos por Paso No Habilitado (IPNH). “El primer semestre 2023 los IPNH disminuyeron poco más de un 50% respecto al mismo período 2022 y se ubica dentro de los más bajos de los últimos años”, fue parte de lo que escribió en esta red social.

En conversación con ADN Hoy, el exdirector del Servicio Jesuita Migrante abordó las cifras de este Segundo Reporte.

“Las personas están viniendo a Chile para quedarse: se grafica en que cada vez son menos las residencias temporales, que es el primer permiso que se tramita, y empiezan a aumentar las definitivas. También aumentaron las solicitudes de nacionalización: en 2022 fueron más de 20 mil. También aumentaron las solicitudes de reunificación familiar o de regularización de niños, niñas y adolescentes. Es decir, no son solo adultos los que vienen, sino que lo hacen con sus hijos, hijas y el deseo de regularizarse”, precisó Vicuña.

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Respecto al “flujo” o “explosión” migratoria, Vicuña dijo que mayo de 2022 es el mes en que empieza la disminución “por distintos factores”.

“Hay que comprender la migración desde un punto de vista sistémico y desde allí, ha sido muy bueno los acuerdos y diálogos entre los Estados de Chile, Bolivia y Perú para resguardar las fronteras. Es ahí donde está el desafío: la migración es tema en periodo de elecciones, por bando político, y la migración tiene que tener una mirada de Estado, que vaya más a largo plazo, sabiendo el dinamismo que tiene. Hace 10 años quién hubiera pensado que íbamos a tener más de 700 mil personas venezolanas en Chile, nadie lo hubiera dicho. Lo mismo sobre los ingresos por pasos no habilitados. Eso debemos mirarlo con mirada de Estado. Hay que mirar la frontera, pero también la ciudad”, puntualizó el especialista.

En tanto, señaló que la “presencia militar puede generar, sobre todo al comienzo, una disminución de los ingresos, pero después las personas van buscando nuevas rutas. Y lo que está pasando en Chile, también pasa en otros países. Decir que ha disminuido por los militares podría inducir a error”.

Empadronamiento biométrico

En relación a las medidas del actual Gobierno, como por ejemplo el empadronamiento biométrico, Vicuña dijo que “hoy, cerca de 200 mil personas se inscribieron en el empadronamiento biométrico; hay cerca de 150 mil niños en situación migratoria irregular que ingresaron por pasos no habilitados. Pero el empadronamiento es una buena medida, porque hay que saber quiénes están, dónde están, quiénes son (…)”.

“Cuando se llama al empadronamiento, la gran mayoría acude, no solo a la PDI, sino también a empadronarse, quieren dar sus huellas dactilares, una fotografía, entonces ahora si llegase a haber algún delito o alguna muerte, ahora podemos saber quiénes son, dónde están, en qué regiones se concentran, qué edad tienen. Hoy, con una tasa del 30% del mercado informal en términos laborales, la pregunta es cómo promover la formalidad laboral si hay quienes no tienen posibilidad de eso”, añadió.

Migración

En concreto, el 80% de los inmigrantes que llegan al país tienen entre 25 y 50 años. “Hay que tomar en cuenta es que si migra el hombre, la mujer o la pareja, se trae primero a su niño y después a su mamá o papá. Lo preocupante son las condiciones del desierto a las que exponen al niño, niña o adolescente. La gran pregunta o desafío, a propósito de la mirada de Estado, es cómo mejoramos los sistemas en los consulados para otorgar con mayor agilidad las visas para mayores de 60 años o niños, niñas y adolescentes”, apuntó Vicuña.

Según información recabada por Vicuña, el 12% de los niños, niñas y adolescentes chilenos tiene un papá migrante. O sea, adultos que tuvieron hijos en Chile. Es por esto que surge la pregunta sobre cómo regularizar a los cerca de 150 mil menores en situación irregular.

“Hay muchos que no cumplen con los requisitos, como tener una identidad, para que no llegue cualquiera a decir que es su hijo, como en caso de tráfico o trata, y ahí hay una ley en el Congreso que otorga al registro civil dar identidad a quien no la tiene, porque un niño migrante en situación irregular puede no acceder a las mismas prestaciones, beneficios o derechos, que pueda acceder un niño chileno o migrante regular, como computador en séptimo básico o Junaeb. Son niños, niñas y adolescentes, no escogieron migrar, ni siquiera un país, y la ley de migraciones señala que debería tener identidad o residencia sin importar cómo ingresó al país”, comentó Vicuña.

El exdirector del Servicio Jesuita Migrante estimó que “cerca de 2030 deberíamos llegar a un millón de personas migrantes votando en Chile”.

“O sea, el próximo año, la elección de Gobernación Regional, la población migrante podría tener una incidencia mayor. Lo mismo en Antofagasta, Tarapacá, Arica, donde son más del 10% del padrón. En elecciones, sobre todo regionales, quizás comunales, y en nacional, podrían ser muy importantes, pensando que en las últimas elecciones ha habido segundas vueltas. Cómo tomarlos como un elector más, donde podría haber ciertas orientaciones políticas que podrían mover la aguja. La población venezolana es la de mayor tasa de participación. Por ejemplo, si un candidato o candidata dice en una presidencial que agilizará el proceso de entrega de documentación, que hace unos años era de dos años y hoy es de 6 meses, si uno dice que la promoverá en la entrega de 3 meses y la regularización de todo niño, niña adolescente migrante en situación irregular, hay ahí una incidencia”, sentenció.