El Colegio Médico acusó "falta de rigurosidad" en la entrega de información del Instituto de Salud Pública, luego que en primera instancia instruyeran el retiro de todos los productos del Laboratorio Sanderson por contaminación microbiológica, sin embargo, después se acotó solo a un insumo.

El Colegio Médico de Chile emitió una declaración pública a raíz de las “distintas informaciones” generadas por Instituto de Salud Pública, en relación con la suspensión de uso de ciertos insumos, y sus impactos en la red asistencial en su conjunto.

“Desde el Colegio Médico de Chile manifestamos nuestra indignación con la falta de rigurosidad con los procedimientos y la entrega de información por parte del Instituto de Salud Pública, el cual, inicialmente ordenó suspender el uso y mantener en cuarentena preventiva todos los productos del Laboratorio Sanderson, luego que se detectara contaminación por la bacteria Burkholderia Cepacia (CBC) en sus dependencias, institución que, posteriormente, corrigió, indicando que la medida solo afectaría al Cloruro de Sodio al 0,9%”.

No obstante, el Colmed cree que “si bien esto mejora considerablemente el escenario y tiene consecuencias mucho más acotadas, que el retiro de todos los productos de la marca, nos parece que se ha hecho un daño tremendo al funcionamiento de la red asistencial, tanto pública como privada, puesto que, en respuesta a la primera indicación, durante la jornada han sido suspendidas miles de cirugías electivas a lo largo de todo el país y retrasado atenciones y entrega de medicamentos y tratamientos”.

Así también ha generado “una alta incertidumbre y grado de estrés entre las y los trabajadores de la salud, que tuvieron que hacer frente a estos problemas durante estas horas”.

“Exigimos a la autoridad sanitaria transparentar la cantidad de cirugías y atenciones suspendidas y retrasadas como consecuencia de esta indicación inicial del ISP, y que se tomen las máximas medidas administrativas contra quienes resulten responsables de esta entrega de información”, sentencia el Colegio Médico.

Productos del Laboratorio Sanderson

El director del ISP, Rubén Verdugo, se refirió esta tarde a la instrucción de retiro y cuarentena de productos del Laboratorio Sanderson.

“En términos prácticos, el énfasis está en este producto, Cloruro de Sodio, en presentaciones de plástico, en volúmenes mayores a 500 mililitros, sean estos que están dispuestos en hospitales, como aquellos que están de alguna manera siendo adquiridos de manera directa por algún usuario (…)”, precisó Verdugo.

Recordemos que en primera instancia, la autoridad instruyó retirar del mercado todos los productos fabricados por el Laboratorio Sanderson, por contaminación microbiológica, sin embargo, más tarde se dio a conocer que el mismo ISP acotó la determinación, tras corrección de la entidad.

Esta no es la primera vez que se emite una alerta de este tipo contra este laboratorio, porque este año el ISP también instruyó el retiro y cuarentena de varios de sus productos de manera preventiva, al detectar la presencia de esta bacteria.

Asimismo, el Minsal, en enero, denunció ante la Fiscalía Nacional que este brote causó la muerte de 35 personas en hospitales.

El secretario nacional del Colmed, José Miguel Bernucci, escribió en su cuenta de X que “después que en la mañana dijeron que eran todos los productos y que se suspendieron cientos de cirugías, ahora dicen que es solo la solución fisiológica, la cual es fácil de reemplazar. Qué desastre”.

Burkholderia

Los organismos de Burkholderia se encuentran en la tierra y en el agua. Los gérmenes se pueden propagar a través del contacto de persona a persona. Es posible que los síntomas iniciales sean fiebre muy baja, progresando a condiciones mucho más serias, incluso neumonía y otros trastornos pulmonares que algunas veces pueden ser mortales, detalla el sitio healthychildren.org.

Asimismo, detallan que algunas tendencias de la bacteria Burkholderia se propagan de persona a persona o al combinar desinfectantes, incluso en los hospitales.

La buena higiene personal, incluso el lavado frecuente de las manos, y las medidas de control de infecciones en los hospitales puede disminuir el riesgo de transmisión de la enfermedad. Los centros que tratan niños con fibrosis quística con frecuencia intentan limitar el contacto con otros jóvenes infectados con B cepacia.