Tras 20 meses sin discusión, el Senado retomó el proyecto que reforma a las notarías. En éste, se plantea un nuevo sistema de nombramientos y fiscalización, y no habrán funcionarios vitalicios.

La iniciativa que volvió a la palestra nuevamente por la fallida inscripción de Diego Ancalao, excandidato presidencial de La Lista del Pueblo, quien presentó firmas de un notario muerto y que incluso está en curso una indagación penal.

Algunas de las claves de este proyecto son:

– Crea un nuevo sistema de nombramiento de notarios, conservadores y archiveros, basado en concursos.
– Crea un nuevo sistema de fiscalización, a cargo de los fiscales judiciales.
– Aumenta la competencia.
– Disminuye las asimetrías de información.
– Incorpora estándares de transparencia y probidad.
– Digitalización de los sistemas.

El proyecto de ley culminó su tramitación en la Cámara de Diputados e ingresó al Senado el 8 de enero del 2020. Desde esa fecha, el Ejecutivo ha presentado 33 sumas urgencias y 10 discusiones inmediatas, pero hasta el momento nunca había sido puesto en tabla en la comisión de Constitución, hasta hoy.

El ministro de Justicia, Hernán Larraín, explicó en esta mesa de trabajo los beneficios para la ciudadanía que trae el proyecto e instó a los senadores a aprobar la iniciativa legal a la brevedad posible e, incluso abrirse a la posibilidad de discutir la existencia de un sistema de notarías absolutamente público, coordinado por el Registro Civil.

El senador independiente y presidente de la comisión, Pedro Araya, cuestionó las prioridades del ministro Larraín y dijo que debe hacerse responsable de lo que pasa en el Sename y Gendarmería. Paralelamente, respecto a la iniciativa de notarios, indicó que citarán a invitados antes de votar.

Dentro de los “auxiliares de la justicia” están los notarios, que son ministros de fe pública que cumplen un importante rol autentificador.

Los notarios son designados por el Presidente de la República, previa propuesta en terna por la Corte de Apelaciones respectiva.