A un año del fallo que reconoció a Emma de Ramón como madre del hijo que tiene con su conviviente civil, Gigliona di Giammarino, Fundación Iguales dio a conocer los resultados de la segunda versión de la encuesta #SomosFamilia, que fue respondida por 189 familias de 12 regiones del país.

Entre los varios datos de la encuesta, se destaca que un 32,9% de las familias encuestadas tiene necesidad de reconocimiento de filiación por quien contesta, un 32,9% por la pareja y un 0,8% por una expareja.

Esta situación refleja que un 66,6% de los hijos e hijas tiene la necesidad de reconocimiento de filiación por parte de una madre o un padre.

También se destaca se destaca que los hijos e hijas nacidos en familias compuestas por dos madres fueron gestados mediante técnicas de reproducción asistida en un 38,9 %. El 87,9% del segmento afirmó haberlo hecho con recursos propios y un 16,4% declaró haberlo cubierto por Fonasa o Isapre.

Según las familias encuestadas, los lugares donde hay mayor frecuencia de percepción de discriminación es en servicios del Estado. En primer lugar, respecto a los beneficios sociales dirigidos a las familias, ya sean bonos, subsidios y otros (muy frecuentemente y frecuentemente en un 41,1%%); y en segundo término, en el Registro Civil (muy frecuentemente y frecuentemente en un 27,1%).

Al preguntar cuánto les afecta a las familias el no reconocimiento de sus derechos de filiación en relación a su bienestar familiar, un 50,3% de la muestra afirma que le afecta mucho.

En relación a la socialización de los hijos e hijas al interactuar con otros niños o niñas, un 30,5% afirma que estos últimos les hacen preguntas incómodas en torno a su composición familiar.

Isabel Amor, directora ejecutiva de Fundación Iguales, detalló que “levantamos estos datos porque muchas veces la discusión sobre las familias lesbomaternales y homoparentales se aleja hacia la adopción. No nos confundamos: exigimos matrimonio igualitario porque nos corresponde el acceso a igualdad de derechos pero también porque cientos de mujeres viven la desesperación de no poder proteger legalmente a sus hijos a través de un vínculo legalmente certero”.

“Hoy el vínculo entre madres e hijos no está resguardado y depende de voluntades. Esto es concretamente una vulneración de derechos que, sobre todo quienes hablan de la protección de la infancia y la familia, no deben dejar de lado”, cerró.