No están bien las relaciones entre los parlamentarios oficialistas y el Gobierno, tensión que quedó en evidencia en la votación del segundo retiro del 10% en la Cámara de Diputados. Tanto así, que algunos diputados que habían rechazado el primer retiro de fondos de pensiones, ahora le dieron su apoyo.

Más allá de la aplastante votación -con 130 votos a favor- lo sucedido ayer en el Congreso evidencia algo que hace días se viene percibiendo en el oficialismo.

Se trata de la molestia con el Gobierno, y también algo de cansancio, por tener que salir continuamente a defender las decisiones de La Moneda que muchos reconocen abiertamente desconectadas de la realidad, o derechamente la falta de medidas en algunos casos.

En términos más simples, la oposición está cansada de asumir costos políticos por la “falta de calle” que -según dicen en la interna- evidencian en el Palacio de Gobierno.

La prueba más evidente fue el encendido discurso de la jefa de bancada de la UDI, María José Hoffmann, donde acusó debilidad del Gobierno y advirtió que de ahora en adelante las relaciones iban a cambiar.

Si bien en un momento el cambio de gabinete buscó contener el “fuego amigo” con el ingreso de Mario Desbordes, Andrés Allamand y Jaime Bellolio, la fórmula ya no está funcionando.

A eso se suman las críticas al ministro Secretario General de la Presidencia, Nicolás Monckeberg, a quien acusan de no hacer lo necesario para evitar la caída de Víctor Pérez por la Acusación Constitucional.

La “rebelión” de la UDI

Así las cosas, en la bancada de la UDI decidieron dejar en libertad de acción a sus diputados para que votaran el segundo retiro del 10%. Finalmente, 15 votaron a favor de la iniciativa.

De ellos, varios incluso cambiaron su votación en relación al primer retiro de los fondos de pensiones, donde se mostraron en contra.

Tal fue el caso de los diputados Osvaldo Urrutia, Gastón Von Mühlenbrock y Juan Antonio Coloma, este último, subjefe de bancada. A ellos se sumaron los RN Catalina del Real, Camila Flores y Diego Schalper.

Sin embargo, la mayoría no estuvieron dispuestos a explicar su decisión, como Del Real y Schalper (quien se excusó por temas familiares), mientras que en el caso de Coloma y Flores, remitieron declaraciones de ambos respectivamente.

Sólo Von Mühlenbrock salió a defender su cambio de postura reconociendo que no se trata de una medida con la que estén de acuerdo totalmente.

Pero ante la necesidad, no hubo otra alternativa. Tal como dice el refrán “a falta de pan, buenas son las tortas”, aunque en este caso debiera ser “a falta de medidas, bueno es el retiro del 10%”.

El “mensaje” al Gobierno

Al respecto, Gastón Von Mühlenbrock señaló a BioBioChile que “si bien creo que es una mala política pública, pues perjudica las pensiones futuras, por otra parte la falta de trabajo, las deudas que aquejan a las personas y a las familias, me han convencido que un retiro de los fondos previsionales se transforma en una ayuda necesaria para sobrellevar la crisis económica que golpea a miles y miles de compatriotas por culpa de la pandemia”.

“Por eso he votado a favor de esta iniciativa, pero espero que no se transforme en una constante, toda vez que hipotecaremos a futuro a la ciudadanía cuando llegue el momento de la jubilación”, concluyó.

En esa línea, el diputado Juan Antonio Coloma aseguró que “desde el primer momento le pedimos al Gobierno mayores recursos, mayor proactividad en la entrega de los mismos, y hay que ser sinceros, si bien se avanzó en el IFE, se avanzó en el bono, no llegaron todos los recursos a todas las personas”.

“Este también es un mensaje al Gobierno, nosotros necesitamos que el Gobierno actúe con mayor proactividad en la reforma al sistema de pensiones. No podemos seguir dilatando la reforma probablemente más importante de todas”, lamentó.

Al mismo tiempo, la diputada Camila Flores aseveró que “nosotros, los diputados de Chile Vamos, con mucha fuerza solicitamos al Gobierno que diera alguna alternativa que fuese lo más universal posible, que hubiese una alternativa sin letra chica que llegue especialmente a las familias de clase media, y desgraciadamente eso no ocurrió”.

A su parecer, el Ejecutivo no ha escuchado a sus parlamentarios, pese a haber “sido insistentes a la hora de pedir audacia en el apoyo económico a las familias chilenas y eso no ocurrió. Desde mi punto de vista, se les acabó el tiempo. Si el Gobierno nos hubiese escuchado a tiempo, probablemente ni siquiera estaríamos discutiendo este proyecto”.