El Arzobispado de Santiago anunció este jueves el cierre de la casa de retiro de Punta de Tralca, ubicada en la comuna de El Quisco, argumentando la crisis económica que ha impactado a la Iglesia por la emergencia sanitaria del Covid-19.

En un comunicado oficial, el ecónomo del Arzobispado de Santiago, Mauricio Domínguez, señaló que las autoridades le pidieron ajustar el funcionamiento de la casa de retiro a nuevas exigencias normativas, y que actualmente están imposibilitados de realizar la alta inversión que significa.

La casa está desocupada hace dos meses y Domínguez enumeró las razones que los llevaron al cierre, contando que hubo un aumento sostenido en los gastos tributarios y que la tasa anual de ocupación para las actividades de culto está a la baja.

La historia de la Iglesia en Chile dice que las casas de retiro comenzaron de muchas formas: con mecenas privados que las financiaban, o derechamente ordenes y sacerdotes que las compraban. En otras, eran derechamente adquisiciones del propio arzobispado.

Marcial Sánchez, doctor en historia y experto en temas eclesiológicos, señaló que en ese lugar hubo acuerdos clave durante la dictadura, e incluso señaló que ese espacio debiese ser un museo por los asuntos que se discutieron en esas paredes.

La arquidiócesis indicó que el servicio de los retiros espirituales seguirá siendo prestado en las tres casas ubicadas en la región Metropolitana. En el comunicado, estiman que la casa recibió a “miles” de peregrinos a lo largo de sus décadas.

El Arzobispado de Santiago y la Fundación Santa María del Sur como sostenedora, informaron que la casa de retiro será devuelta al Seminario Pontificio Mayor de Santiago, como dueños del terreno, y la medida se concretará el próximo 31 de octubre.