Cerca de las 15:00 horas del 25 de enero de 2018, Francisco Ríos ingresó al Cesfam de Alerce -Puerto Montt- con su pequeña hija en brazos. La menor supuestamente habría sufrido una violenta caída, por lo que quedó inconsciente.

Sophie tenía un año y 11 meses y tuvo que ser reanimada por el personal que se encontraba en el lugar. Sin embargo, los esfuerzos fueron totalmente en vano. La pequeña estaba muerta.

La noticia del deceso de la niña impactó a la comunidad, pero la información que se divulgó después causó horror y rabia a nivel país.

Sophie no se había caído en el domicilio como se indicó en primera instancia, sino que había sufrido una serie de abusos, presentando múltiples lesiones y quemaduras atribuibles a terceros.

De acuerdo al personal policial, la causa de muerte sería asfixia por estrangulación.

Pero, ¿quién podría ser el responsable de un acto tan macabro contra una menor que aún no cumplía los dos años?

Su padre, Francisco Ríos.

Cedida
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Más de 100 lesiones

El pasado 4 de octubre inició el juicio condenatorio contra Ríos, padre de la menor, por los delitos de parricidio y lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar contra su pareja, la madre de Sophie.

Una de las personas que declaró en las audiencias fue la directora del Cesfam de Alerce donde fue atendida la pequeña Sophie, Paula Brevis, quien manifestó en su declaración que “la recibimos fallecida, inconsciente por más de 30 minutos”.

“Se hicieron todas las maniobras de reanimación y una vez que terminó ese procedimiento empiezan a aparecer distintos signos de violencia, abuso, tortura y estrangulamiento”.

Desde Fiscalía indicaron que la menor sufrió más de 100 lesiones en su cuerpo con quemaduras en antebrazos y muñecas que fueron efectuadas en un periodo de cinco días.

La fiscal Ana María Agüero agregó que todo esto se dio en un contexto de violencia intrafamiliar en contra de la madre de la menor, a quien Ríos también agredió. Según los antecedentes que manejan, no se trató de la primera vez que el imputado atacó a sus parejas, puesto que presenta condenas previas por agresiones.

En este caso también se planteó el agravante de alevosía, ya que el acusado impidió que la mamá de la niña pudiera auxiliar a Sophie. Para esto Ríos se encerró en un baño de la vivienda para continuar agrediendo a la niña, lo que posteriormente causó su muerte.

La peor de las pesadillas

Pero quizás, el testimonio más impactante es el de uno de los médicos que atendió a la menor ese día, Juan Eduardo Donoso.

Las declaraciones las realizó el 1 de febrero a través de su blog personal que comparte con su esposa, en una entrada llamada “La muerte de Sophia es sólo la punta de un gran iceberg.”

En ese momento, el médico aseguró que se encontró con la peor de sus pesadillas: “Una lactante cruelmente violentada, hasta el punto de causar su muerte”.

En el escrito, Donoso señaló que salió de la ambulancia a buscar a la niña que estaba siendo reanimada en el consultorio del sector de Alerce. En el lugar, la menor sufrió un paro cardiorespiratorio, una situación que no es usual para los pequeños.

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Ni la peor de las películas de terror es tan fuerte como las imágenes que quedaron en las retinas del grupo de personas que intentó devolverle la vida esa tarde.
- Médico Juan Donoso

Francisco Ríos, en tanto, en todas las audiencias afirmó su inocencia, señalando incluso que las heridas con las que llegó Sophie al Cesfam aquel fatídico día fueron provocadas por una caída.

Respecto a las lesiones que causaron la muerte de la menor, el ahora condenado, culpó a las labores realizadas por personal del Cesfam, cuando intentaban reanimar a la niña.

Un país exige justicia

Junto a la muerte de Sophie, se dio a conocer el caso de Ambar, una menor de un año y ocho meses de la provincia de Los Andes, región de Valparaíso, que también fue gravemente agredida por un familiar.

Tras esto, organizaciones y ciudadanos comenzaron a solicitar la creación de la “Ley Sophie” que pretendía que se aumentara la pena perpetua calificada de 40 a 60 años -sin beneficios- para las personas que abusen, maltraten, violen y asesinen a menores de edad.

La presidenta de Fundación Infancia, Nathalie Oyarce, señaló en su momento que “hay una sensación de impunidad por parte de la sociedad respecto de estas personas” que le causan daño a los niños.

Oyarce además indicó que no hay leyes que cubran todo el espectro para proteger a los menores. “No tenemos un sistema integral de protección a los niños”, aseguró.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

Junto con exigir la promulgación de esta ley, en distintas ciudades del país personas salieron a las calles a marchar pidiendo la pena máxima para Francisco Ríos, pero no sólo eso. También la pena de muerte.

La muerte de las dos menores trajo de nuevo a flote el reinstaurar este tipo de condena, que fue aplicada por última vez en 1985 con los psicópatas de Viña del Mar y derogada finalmente en 2001.

Actualmente, la máxima condena que señala nuestro Código Penal es el presidio perpetuo calificado, es decir, que una vez cumplidos 40 años en prisión, recién ahí el condenado puede optar a la libertad condicional, según asegura el abogado de derechos humanos, Cristián Cruz.

Esto no significa que cumpliendo ese tiempo el “perpetuo” vaya a salir en libertad, sino que se le abre la opción a postular al beneficio. De ahí en adelante, el caso quedará en manos de Gendarmería o la Corte de Apelaciones, instituciones que definen a quién dar la libertad condicional, y que necesariamente pasa por estudios e informes que apunten a la reinserción, redes de apoyo y la conciencia del delito cometido.

En el caso de Francisco Ríos, el abogado Cruz enfatizó en que “si el autor tiene 20 años, estamos diciendo que no va a salir de la cárcel antes de los 60 años”.

Ahora, en el hipotético caso en que se pudiera reestablecer la pena de muerte, esto no podría tener efecto retroactivo, es decir, no se podría aplicar al caso de Puerto Montt y otro delito perpetrado de manera previa a su entrada en vigencia.

Además, Chile está suscrito a la Convención Americana de Derechos Humanos -o denominado Pacto de San José-, bajo cuyas cláusulas no puede restablecerse la pena capital una vez que esta haya sido abolida, tal como ocurrió en 2001 durante el gobierno de Ricardo Lagos Escobar.

En cuanto a la creación de la Ley Sophie, esta no ha prosperado y no ha sido ingresada como proyecto.

Moisés Inostroza | RBB
Moisés Inostroza | RBB

Ánimo alevoso y psicopatía

Durante el transcurso del juicio se dieron a conocer una serie de dolorosos detalles por parte de la Fiscalía, que demostraron cómo fue que la pequeña Sophie vivió sus últimos días.

Uno de ellos es que entre el 21 y 25 de enero la niña recibió una serie de maltratos por parte del hombre que supuestamente debía protegerla.

La fiscal Agüero hizo alusión a que el imputado se vio frío ante el relato de la muerte de su hija, asegurando que confirmaron con una psiquiatra que Ríos es un “psicópata”. Sin embargo, el hombre reconoció los malos tratos a la menor desde el 21 de enero.

Por esto mismo, ese 25 de enero no fue la primera vez que la niña fue atendida en el Cesfam de Alerce.

En un reportaje publicado por el diario El Llanquihue, se señala que la menor fue llevada al menos 14 veces en 2017 a centros de salud para ser atendida de urgencia, de las cuales tres serían por golpes, sin que se diera una alerta a las autoridades pertinentes.

Entre el 21 y 25 de enero, Sophie habría sido atendida nuevamente por agresiones que le ocasionaron “un trauma contuso compatible con niño sacudido y un trauma contuso facial, cervical y de miembros compatible con manipulación o contención enérgica con dedos y manos”, consigna el reportaje.

Robinson Cardenas | RBB
Robinson Cardenas | RBB

La madre de la menor declaró en el juicio que se percató de ciertas conductas que serían violentas y que al intervenir, Francisco Ríos se justificó dándole una interpretación distinta a los hechos, todo en un marco de violencia psicológica.

Sin embargo, la familia de Francisco Ríos manifestó creer en la inocencia del hombre, señalando que era atento con la menor y solía quedarse a cargo de ella. “Siempre la bañó, es más, yo incluso le compraba los pañales. Partíamos al supermercado con Francisco y la niña a comprar. El la cambiaba, hacía todo”, indicó uno de sus cercanos.

Además, recalcaron en que el imputado siempre mantuvo su versión de los hechos y como estos ocurrieron.

Por otro lado, en mayo de este año, Ríos también fue formalizado por amenazas de muerte contra un gendarme, luego de un episodio de violencia que protagonizó en la cárcel.

La condena

Tras dos semanas de juicio, a las 13:00 horas de un jueves en Puerto Montt, se dio a conocer el veredicto por el caso de la pequeña Sophie.

La resolución fue un fallo dividido que finalmente condenó a Francisco Ríos por parricidio en contra de la niña y lesiones menos graves en el contexto de violencia intrafamiliar hacia la madre de la menor.

En consecuencia, Fiscalía está solicitando presidio perpetuo calificado y la pena máxima de 540 días por lesiones contra su pareja.

En tanto, la lectura de sentencia se realizará el sábado 26 de octubre a las 12:30 horas, a la que Ríos manifestó su intención de no asistir.

El juicio que duro casi dos semanas contó con la declaración del imputado, la madre de la menor, Fiscalía, quienes atendieron a la niña y los peritos del caso.

Francisco Ríos no fue imputado por tortura ya que, de acuerdo a la fiscal Ana María Agüero, las lesiones registradas entre el 21 y 24 de enero son de carácter leves.

Pese al veredicto, la defensa sostuvo en todo momento que las pruebas presentadas fueron débiles y que en la investigación no se pudo establecer algunos elementos importantes.

Además, el abogado de Ríos señaló que tras recibir el fallo, analizarán la sentencia y verán si buscan conseguir la nulidad y que si el imputado no hubiera declarado, Fiscalía no habría logrado probar los hechos.

A pesar de que la decisión del tribunal se realizara en un fallo dividido, Ríos fue declarado culpable de matar a su hija, mientras que en el exterior del recinto, la comunidad de Puerto Montt se manifestaba clamando justicia.

Esta nota se realizó con la colaboración del periodista de Radio Bío Bío en Puerto Montt, Robinson Cardenas