El pasado 24 de septiembre, la estudiante de Trabajo Social en la Universidad de Chile, Polette Vega, se reintegraba a la carrera tras varias semanas fuera de clases, luego de ser atacada por un grupo de encapuchados en el campus Juan Gómez Millas, durante el mes de julio.

Esta vez, sus compañeros la habrían hostigado inclusive arrojándole agua, advirtiéndole que “se retire de la sala”, en medio de la clase.

Según la denuncia de la estudiante, la persecución responde a motivos políticos, ya que milita en una agrupación universitaria de derecha.

El Superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, anunció que citarán a representantes de la casa de estudios para que tomen medidas de protección, que serán supervisadas por el organismo.

El director de Asuntos Estudiantiles de la casa de estudios, Juan Cortés, aseguró que desconocen la identidad de los agresores, pero que entregaron todas las alternativas de continuidad de estudios y acompañamiento para la estudiante.

En la Comisión de Educación de la Cámara, los diputados Jaime Bellolio (UDI), y Cristina Girardi (PPD), condenaron la situación señalando que atenta contra el proyecto educativo de la Universidad de Chile, llamando a la comunidad a resolver el conflicto a nivel interno.

Luego de los hechos conocidos en julio, la Universidad de Chile conformó una mesa de trabajo interestamental que se reúne semanalmente, instancia que aún estaría preparando una propuesta para frenar la violencia en el campus.