La tarde de este miércoles, la Iglesia Católica anunció que no apelará al fallo que los obliga a pagar $100 millones por concepto de compensación a las víctimas de Fernando Karadima.

En concreto, la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago acogió de forma unámime la demanda civil presentada en contra del Arzobispado de Santiago por James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo.

A través de un comunicado, la institución indicó sentir que el dictamen de la justicia “marca un paso importante en nuestro proceso de reestablecer la justicia y la confianza (…) porque apunta directamente a las falencias que tuvimos en este caso”.

¿Cuáles serían tales falencias? “La forma en que se tramitaron las denuncias presentadas por los demandantes, la inadecuada valoración de las mismas y la falta de acompañamiento a las víctimas”, detallaron.

No obstante, en el mismo escrito, recordaron que el fallo excluyó de toda responsabilidad al arzobispado en cuanto a las acusaciones de encubrimiento, sentencia que dijeron esperar “contribuya al proceso de reparación del dolor sufrido por las víctimas”.

Sumado a lo anterior, en relación al numeral quincuagésimo quinto del fallo, aseguraron que tal apartado reflejó la necesidad de hacer “reformas profundas”.

En específico, ese numeral estipuló que la Corte concluyó “que los hechos por los cuales se ha demostrado la responsabilidad de la demandada sólo alcanzan a actos u omisiones negligentes culposos, sin que estos alcances, a base de los datos que arrojan este proceso, pueda calificarse como propio de actos criminales”.

Encuentro con las víctimas

Más tarde, el administrador apostólico de Santiago reafirmó que no apelarán al fallo, y adelantó que se reunirá con las víctimas de Karadima.

“En cuanto yo pueda me voy a reunir con ellos y juntos, con su colaboración, queremos hacer un camino de verdad, de justicia, en donde aminoremos en lo posible el dolor que han sufrido y luchemos y organicemos las cosas de manera que nunca más vuelvan a reunirse estos atropellos, estos abusos, que jamás debieron ocurrir y que nunca son tolerables ni justificables”, afirmó el religioso.