La postura de la madre de Alberto Chang estaría empezando a cambiar. Así lo refleja el último informe de seguimiento sobre Verónica Rajii, que desde junio de 2018 está cumpliendo una condena de cuatro años de libertad vigilada por el delito de estafas reiteradas.

“En cuanto al delito, se muestra dispuesta a llevar a cabo un proceso reflexivo, a partir del cual cuestionar las conductas de su hijo en relación al proceso judicial y los costos que ha tenido para ella y las víctimas, con las cuales se identifica”, señala el texto entregado por Gendarmería el pasado 4 de diciembre, recogido por El Mercurio.

Lo anterior, luego que fuera acusada de actuar concertadamente con su hijo, a quien Fiscalía le atribuye una estafa de 100 millones de dólares a unas 100 personas. Por ello Chang fue formalizado en ausencia en 2016, luego que huyera a Malta, país que no ha accedido a su extradición.

El análisis se contrapone al escenario que exponía el informe trimestral de septiembre, donde defendía su inocencia y la de su hijo, minimizando “las consecuencias para las víctimas”.

Pero en el último tiempo, de acuerdo al último reporte, se ha visto “afectada por el hermetismo de su hijo, al intentar ella comunicarse con él para saber como está”. En un contacto ella le comunicó que le iban a rematar el lugar donde estaba viviendo y él sólo se limitó a decirle que ya lo sabía.

Rajii, “con su hermana y la hija de esta están buscando algún departamento que puedan arrendar para las tres, (ya que) no les alcanzaría para seguir viviendo en el sector oriente, lo que implica un gran cambio de vida, que la ha afectado física y psicológicamente”, remarca Gendarmería.

Para cerrar, “se muestra afectada emocionalmente al no comprender las motivaciones de su hijo para no querer contactarse con ella y apoyarla en el proceso judicial, cuyos costos ha experimentado sola”, añade el texto.