Durante la jornada del domingo se confirmó la intención de cinco movimientos del Frente Amplio de convertirse en un partido político con el objetivo de “materializar la unidad de las fuerzas de izquierda con vocación revolucionaria y transformadora”.
En esa línea, la diputada Gael Yeomans anunció que tal fusión involucraría al Movimiento Autonomista, Movimiento Político Socialismo y Libertad, Nueva Democracia, Izquierda Autónoma e Izquierda Libertaria, del cual la legisladora es miembro. “Ninguna más y ninguna menos”, sostuvo.
Lo anterior debido a que “ello da garantías de que la apuesta de este partido legal tenga coherencia con la apuesta de una convergencia estratégica”.
El nuevo bloque, además, tendría el carácter de federado, algo que a juicio de la parlamentaria sería positivo pues “no niega la generación de espacios comunes para las militancias e instancias de participación para independientes, así como no está definida la forma de elección de las direcciones”.
La propuesta, según añadió, todavía debe ser discutida en mayor profundidad, aunque precisó que la meta en mente es “la refundación estratégica de la izquierda chilena que aspire a la superación de las identidades actualmente existentes”.
La decisión fue tomada en el marco del pleno de la dirección nacional de Izquierda Libertaria realizado este fin de semana en Santiago.
Desde el movimiento precisaron que la idea se gestó debido a la actual situación, donde la derecha arremete política y socialmente desde el Gobierno, con la Nueva Mayoría desarticulada y con el Frente Amplio asumiendo su rol opositor y su deseo de gobernar “en el futuro mediato”.
Izquierda Libertaria admitió que, con la creación de este partido, impulsarán un “marco de acuerdos políticos mínimos de orden táctico-programático” entre los que adelantaron “la caracterización y superación del movimiento neoliberal y patriarcal en Chile”, sumado al rol del Estado y “su vínculo con los movimientos sociales y populares”.
Así, de acuerdo a la declaración oficial que emitieron este domingo, la prioridad “táctico-estratégica” -al menos de Izquierda Libertaria- es “profundizar la crisis del centro político generando un clivaje post-binominal entre un proyecto neoliberal y uno anti neoliberal que permita acumular fuerzas para la ruptura democrática en clave socialista y feminista”.
