La situación del obispo Alejandro Goic ha causado estupor en la comunidad católica de Osorno, debido a que el sacerdote estuvo casi diez años a cargo de la Diócesis local. No obstante, los laicos pidieron a los obispos actuar con humildad.

El religioso dejó un importante recuerdo en el laicado, que se ve golpeado tras su petición de perdón por no haber actuado a tiempo frente a las denuncias por abusos sexuales en Rancagua.

Recordemos que Goic fue obispo de Osorno entre 1994 y 2003, para posteriormente asumir la conducción de la Diócesis de Rancagua.

Precisamente, en dicha ciudad fue elegido como presidente de la Conferencia Episcopal entre 2004 y 2010, desde donde continúo ejerciendo una voz crítica en temas sociales, tal como lo hizo en dictadura, donde incluso se le tildó de “rojo”.

En tal magistratura planteó el establecimiento de un sueldo ético, que influyó directamente en el discurso sindical y político en general.

De ahí que lo que está pasando con Alejandro Goic en Rancagua, donde ha sido denunciada la presunta existencia de una red de abusos sexuales al interior de la Iglesia, denominada “La familia”, empapa la anterior visión que se tiene sobre el prelado en Osorno.

Mario Vargas, vocero de la agrupación Laicos Organizados, sostuvo que pese a la vinculación que pueda existir entre Goic y la ciudad, el tiempo actual conduce a estar con las víctimas, asegurando que aquellos que dirigen la Iglesia están prácticamente obligados a creer en ellas.

En ese sentido, Vargas sostuvo que la opinión de las víctimas tomó relevancia luego del encuentro con el papa Francisco, donde supuestamente los obispos asumieron una nueva disposición frente a las denuncias por abuso sexual.

Destacar que tras pedir perdón por no actuar a tiempo ante una denuncia por abuso sexual en la Diócesis de Rancagua, el obispo Goic tomó cartas inmediatas en el asunto, suspendiendo a doce sacerdotes y presbíteros, presuntamente involucrados.