Los diputados Sofía Cid -de Renovación Nacional (RN)- y Juan Antonio Coloma -de la Unión Demócrata Independiente (UDI)- presentaron la mañana de este martes un escrito en la Contraloría General de la República, en el que solicitan que se analicen los gastos de viajes de los ministros de Estado durante la administración de Michelle Bachelet.

En detalle, los parlamentarios acusaron que exautoridades del Gobierno realizaron diversas salidas del país con motivos “recreacionales” o “de placer” y no laborales.

Por lo anterior, pidieron a Jorge Bermúdez revisar y dictaminar respecto a 393 viajes efectuados entre 2014 y 2018.

Cid y Coloma descartaron que esta denuncia se enmarque en un “empate” a raíz de las críticas al ministro de Hacienda, Felipe Larraín, por asistir a una actividad en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, con dineros fiscales.

Viaje para ver la Fórmula E

El diputado Coloma ejemplificó esta acusación con la necesidad de transparentar un viaje que desarrolló Andrés Rebolledo a Buenos Aires cuando ejerció como ministro de Energía: aseguró que aterrizó en Argentina para ver un carrera de la Fórmula E.

A su juicio, se trató de un viaje “recreacional” que estuvo “lejos de velar por intereses para el país”. Añadió que Rebolledo estuvo un año y cuatro meses en el cargo y que en ese periodo viajó 11 veces al extranjero.

“En promedio el ministro tenía una actividad en el exterior cada mes y medio”, subrayó en la solicitud de indagación.

Otros viajes

Cid y Coloma agregaron que “se destacan viajes que implicaron altos montos como el efectuado por el excanciller, Heraldo Muñoz, a China por un monto que superó los $16 millones de pesos u otros viajes a destinos poco comunes como Etiopía, Guyana, Barbados y Santa Lucía y Trinidad y Tobago, efectuados por los exministros Víctor Osorio, Carlos Furche y José Antonio Gómez, respectivamente”.

Asimismo, redactaron en el texto presentado al contralor que los exministros Rodrigo Valdés, Aurora Williams, Ernesto Ottone, Luis Céspedes, Marcos Barraza, Pablo Badenier y Alberto Undurraga “ejecutaron viajes al extranjero, muchos de ellos -al menos aparentemente- por motivos de placer u otros ajenos a las labores estrictamente ministeriales”.

Por último, aseguraron que es “evidente que los señores exministros han ejecutado acciones de dudosa legalidad, incumpliendo no sólo el principio de servicio que pesa sobre las autoridades públicas, sino que también su actitud se aparta del principio de probidad administrativa la cual supone un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular, especialmente cuando se trata del uso de recursos públicos”.