Tienen el logo de Caval, la carátula de Caval, y en ninguna parte se menciona a Cochilco. Con todo, el abogado Antonio Garafulic sostiene que la empresa de la nuera de la presidenta en ningún caso se atribuyó la autoría de los ocho informes que le vendió al empresario inmobiliario Gonzalo Vial.

“Somos inocentes de los cargos que se nos están haciendo. Creemos que esta causa no tiene sustento jurídico alguno y en atención a ello las medidas propuestas son de baja intensidad”, declaró tras conocer la mantención de medidas cautelares para su clienta y su socio, Mauricio Valero; que consisten en firma mensual y arraigo nacional por cinco meses por el presunto delito de estafa.

Detalló además que “los servicios pagados por Gonzalo Vial Concha obedecen a otros servicios, no a estos informes. Cada una de las facturas establece cuáles son los servicios”.

A fines del 2015, el empresario se dio cuenta que los informes que le enviaba Natalia Compagnon fueron copiados a estudios ya hechos por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

El defensor descartó además que exista algún tipo de tráfico de influencias por parte de la empresa, que haya influido en la decisión de Vial Concha de contratar a este estudio y convertirse en su primer gran cliente.

Las sospechas se incrementan al conocerse que uno de los informes vendidos consigna la participación de Ana Lya Uriarte, actual jefa de gabinete de la presidenta Michelle Bachelet y ministra del Medio Ambiente durante su primer gobierno.

El fiscal Emiliano Arias aseguró que el negocio de Caval con Vial fue el primero relevante de la compañía y fue fundamental para su conformación, además de reiterar que el delito de estafa por los montos que en este caso se imputan, parten con condenas de cárcel de cinco años y un día.

Al respecto, Garafulic calificó de “desproporcionadas” las declaraciones del fiscal, indicando que las penas corporales (de cárcel) se encuentran “absolutamente derogadas”.

“Si él dice que existen penas de crimen y las cautelaras solicitadas no son en ese orden, no existe ninguna congruencia”, concluyó.