Jeanenne Darden es una madre norteamericana que pesaba 65 kilos, que hacía ejercicio regularmente e incluso era una gran nadadora. Sin embargo, un viaje junto a su familia y amigos a Aruba, cambió todo.
Durante las vacaciones fueron a nadar en grupo y como su hija aún no sabía hacerlo bien, la subió a su espalda para poder llevarla de un lado a otro. De repente, comenzó a quedarse sin aire y hundirse. “Mis amigos estaban a 40 metros de distancia y no me podían escuchar”, comentó a la revista Women’s Health. “Pensé, ‘Se acabó"”, agregó.
Un amigo, por suerte, vio lo que ocurría, corrió al agua y logró sacarlas a tiempo. La niña estaba en perfecto estado, pero Jeanenne no podía recuperar el aliento. Cuando se sintió mejor, volvieron a su casa en Florida donde fue al médico para una revisión. El profesional descubrió que tenía insuficiencia cardiaca.
Ella no lo podía creer, pues nunca tuvo problemas cardíacos antes y consideraba que estaba en forma gracias al ejercicio que hacía. Dos días después tuvo que someterse a una cirugía de corazón abierta para reparar la válvula mitral. En menos de una semana, le habían salvado la vida dos veces.
Los problemas no terminaron no ahí, porque la operación tuvo más complicaciones de las que imaginó, pues se originó un coágulo de sangre de gran tamaño que requirió de más de intervenciones y por ende de cuidados que le impidieron hacer ejercicios, por lo que subió 18 kilos. >
Jeanenne siempre se había mantenido en forma y sana, incluso tras dar a luz a sus hijos a los 42 y 45 años, por lo que comenzó a deprimirse al ver el peso que había ganado. “Estaba tan deprimida pensando que nunca volvería a ser la misma. Amaba mi ropa, pero ya me quedaba. Empecé a odiarme a mi misma“, aseguró.
Fue en ese momento en que se dio cuenta que debía hacer algo. Dejó de tomar bebidas azucaradas y vino, y los reemplazó por agua. Sólo ese cambio, hizo que sus pantalones comenzaran a quedarle más sueltos. Contenta por ese avance, decidió reducir las porciones de sus platos.
En 20 semanas perdió 18 kilos y comenzó a recuperar su cuerpo y volver a su peso. Cuando el médico la autorizó, también retomó el ejercicio, aunque de forma mucho más mesurada. “Me siento más viva, y recuperé mi autoestima”, señaló.
Sus recomendaciones
Para Jeanenne la clave está hidratarse durante todo el día. “Tengo un botella de medio litro con una bombilla que nunca dejan mi lado. Estoy constantemente llenándome con agua”, aseguró.
También recomienda usar platos más chicos y servir porciones más pequeñas. “Como de todo, pero en pequeñas cantidades”, explica y dice que no se debe dejar el ejercicio de lado.
