Connie Achurra es hija del actor Patricia Achurra, pero por estos días es reconocida por ser una activista de la comida saludable.

Con 40 años, pasó de ser una aficionada en el tema a toda una experta a cargo incluso del programa Mi lado dulce de 13 C, donde enseña a preparar deliciosos postres sin azúcar ni alimentos procesados.

Sin embargo, no siempre sintió esta pasión por la alimentación sana ya que en su adolescencia sufrió de una bulimia severa, que puso en riesgo su vida.

“Durante mi juventud tuve trastornos alimenticios. Pasé 25 años odiando mi cuerpo porque no cabía en un patrón en el que tenía que caber”, aseguró a la revista Viernes de diario La Segunda.

“Y ahora a los 40 me siento linda, luminosa, inteligente, como nunca antes en la vida. Por fin puedo asumirse como soy y disfrutar”, agregó la profesional quien también posó para la sección Viernes al desnudo, donde mostró sus curvas.

“Hoy aparezco en la sección #desnudos de @revistaviernes y leo el texto y me emociono… me impacta ver como el modelo de belleza impuesto es capaz de hacernos sentir que valemos menos y que no somos capaces… para mí siempre ha sido un tema difícil y si hoy me atrevo a salir en una foto así es para seguir avanzando“, señaló posteriormente en su cuenta de Instagram.

“Aprender a aceptarnos y querernos es una tarea que siento que tenemos super pendiente aún, yo a mis 40 años, mi talla 42 al fin de reconcilio conmigo misma, y espero que muchas mas mujeres lo logren!”, agregó.

“Durante mi juventud tuve trastornos alimenticios. Pasé 25 años odiando mi cuerpo porque no cabía en un patrón en el que tenía que caber. Y ahora a los 40 me siento linda, luminosa, inteligente, como nunca antes en la vida. Por fin puedo asumirme como soy y disfrutar” Hoy aparezco en la sección #desnudos de @revistaviernes y leo el texto y me emociono…me impacta ver como el modelo de belleza impuesto es capaz de hacernos sentir que valemos menos y que no somos capaces…para mí siempre ha sido un tema difícil y si hoy me atrevo a salir en una foto así es para seguir avanzando, me encanta ver como iniciativas como @larebeliondelcuerpo con la @nereadeugarte o @lovelust.cl con su ropa interior en todas las tallas han ido dándole fuerza a el mensaje de que la belleza no es solo una, que viene en todas las tallas, colores, tipos de cuerpos, con o sin canas, con o sin arrugas…etc…aprender a aceptarnos y querernos es una tarea que siento que tenemos super pendiente aún, yo a mis 40 años, mi talla 42 al fin de reconcilio conmigo misma, y espero que muchas mas mujeres lo logren! Awwww Gracias @elisaghs y @nachonal por esta foto preciosa…. #bodypositive #todassomoslindas #larebeliondelcuerpo #viernesdesnudo

A post shared by Connie Achurra (@connieachurra) on

En una antigua entrevista con Revista Paula, Connie aseguró que durante muchos años tuvo una doble vida producto de la bulimia. “Vivía con mi mamá y podría decirse que tenía un lado A y un lado B. Comía y vomitaba el día entero. Me hacía heridas en el cuerpo con mis propias manos y uñas. Pero a la vez tenía amigas, pololo, cantaba en los festivales del colegio. Cuando mi mamá se enteró me dijo: ‘¿cómo no me di cuenta?’. Le expliqué que no quería que se diera cuenta y hacía todo con ese objetivo”, recordó Connie.

“Aprendí todas las técnicas para vomitar y que nadie se diera cuenta. Me mostraba como una persona feliz, pero vivía angustiada. Vivía atrapada en una pesadilla”, dijo.

Cuando sus padres se enteraron, quisieron ayudarla. “Deambulé por varios centros especializados sin buenos resultados. La sanación comenzó cuando mi papá me contactó con la actriz Gloria Lazo, que trabajaba con terapias energéticas, y un grupo de sicólogos. Una de las etapas de la terapia –que incluía desde biomagnetismo hasta homeopatía– fue en una suerte de retiro en Pucón junto a otros adictos: había una mina adicta a las compras, una anoréxica, adictos a las drogas y al alcohol. Yo era adicta a la comida. Me fui vestida de negro y llegué de blanco. Creo que ahí comencé a sanarme, a cambiar mi relación con la comida, a establecer un equilibrio, aunque precario“, explicó la ex profesora de la escuela de talentos del recordado programa “Rojo”.