Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que el bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) no es un "contrapunto" ni al Grupo de los Siete países más desarrollados (G7) ni al Grupo de los Veinte (G20, naciones desarrolladas y emergentes).

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, respaldó este martes la ampliación de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y, en concreto, la incorporación de Argentina.

Según el juicio del actual presidente brasileño, esto podría ayudar a ese país a superar su grave crisis económica.

“Defiendo que los hermanos de Argentina puedan participar en los BRICS. Vamos a ver cómo queda en la reunión”, pero “es muy importante que Argentina esté en los BRICS”.

Así fue como lo afirmó el mandatario progresista en su retransmisión semanal a través de las redes sociales.

Lula se encuentra en Johannesburgo para asistir a la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS, que reúne algunas de las economías más poderosas.

Es bajo este contexto en el que aseguró que la ampliación del foro será uno de los temas del encuentro, que arrancó este martes.

El jefe de Estado ya intentó auxiliar financieramente a Argentina a través del banco de desarrollo del grupo, pero la normativa de dicha entidad se lo impidió.

Insistencia de Lula da Silva en incorporar a Argentina a la cumbre BRICS

No obstante, el líder del Partidos de los Trabajadores (PT) insistió en que “es posible ayudar” a Argentina, siendo miembro de los BRICS.

Con esto, dijo Lula, se propondría una estrategia “más serena, madura y menos pragmática” como establecen las reglas “que favorecen al sistema financiero”.

En este sentido, redobló sus críticas al Fondo Monetario Internacional (FMI), del que criticó que solo se manifiesta “cuando hay crisis en países pequeños de África y América Latina”, cuando lo que debería hacer “es ayudar”.

Denunció que con los préstamos del FMI, el país deudor “queda preso” y “no puede salir”, y volvió a traer a colación el caso de Argentina.

Lula aludió así el préstamo de 44.000 millones de dólares que el FMI otorgó a la gestión del conservador Mauricio Macri (2015-2019) y que heredó el actual gobierno del peronista Alberto Fernández, que “ahora tiene que pagarlo” en un contexto de inflación desbocada, escasez de divisas y una fuerte sequía que ha golpeado aún más su economía.

“Brasil no puede hacer política de desarrollo industrial sin contar con Argentina, que es un país que tiene que crecer junto con Brasil”, que tiene que compartir su crecimiento con los países vecinos, apuntó.