Una docena de víctimas de abusos sexuales por parte de curas pidieron este miércoles al comité organizador de la cumbre del Vaticano contra la pederastia “acciones contundentes” e “inmediatas” porque advirtieron: “el tiempo de las palabras ha pasado”.

La delegación, formada entre otros por el español Miguel Ángel Hurtado, de la organización Infancia Robada y el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Fernando Karadima, fue recibida la víspera de la apertura el jueves en el Vaticano de la inédita cumbre con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo sobre la pederastia en la Iglesia.

“Pedimos que se apliquen con rigor y rápido las leyes. Que se entreguen esos criminales a la justicia civil. No sólo a los que abusan sino también a los que encubren”, afirmó Cruz al término de la reunión de unas dos horas en un palacio del Vaticano.

“Que los obispos se pongan las pilas y apliquen las leyes que tienen que aplicar. Porque es una vergüenza”, agregó.

“Es que las leyes ya existen y son claras (…) El problema son los obispos que en las reuniones asienten para luego regresar a sus países y hacer todo lo contrario”, subrayó el chileno.

Caso denunciado por Hurtado, quien lamentó el silencio de la iglesia española y pidió que el papa los reciba “si quiere tener credibilidad”.

La contra-cumbre

Cruz junto con otras víctimas de todos los continentes y el apoyo de organizaciones internacionales antipederastia como Snap y Eca, se citaron en Roma para una suerte de “contra-cumbre” para dar voz a todos aquellos que batallan desde hace décadas contra los abusos sexuales a menores cometidos por curas.

“Pedimos que la tolerancia cero sea aplicada realmente, ya (..). Que en las próximas semanas sean expulsados los obispos encubridores. Que se vea que algo pasa”, admitió por su parte el italiano Francesco Zanardi, de la Red L’Abuso.

“El tiempo de las palabras ha pasado”,
clamó.

“Queremos actos concretos, ver medidas contundentes en pocas semanas”, agregó ante el medio centenar de periodistas que los esperaban fuera del palacio ubicado a pocos pasos de la basílica de San Pedro.

La contra-cumbre, como ha sido llamada por la prensa, incluye una serie de conferencias públicas, marchas y vigilias en la capital italiana paralelamente a la cumbre en el Vaticano.

Pese a que no han sido recibidos por el papa Francisco, lo que las víctimas más temen es que no cambien las cosas.

“Se necesita una comisión de la verdad para cada país que no sea integrada sólo por curas”, propuso Pedro Salinas, periodista peruano que investigó los casos de pederastia de la agrupación católica Sodalicio de Vida Cristiana.

Entre los pedidos que el Vaticano con dificultad podrá cumplir, ya que sigue manteniendo el total silencio sobre cifras reales del fenómeno, ya que para muchos constituye una verdadera epidemia mundial.