Los diputados franceses votaron este martes con holgada mayoría un controvertido proyecto de ley que busca combatir el islamismo radical y que ahora será debatido por el Senado a fines de marzo.

El texto que pretende reforzar el arsenal legislativo para combatir el islamismo radical fue adoptado por la cámara de diputados con 347 votos a favor, 151 en contra y 65 abstenciones.

La ley, que según sus críticos estigmatiza a los musulmanes y limita las libertades, prevé la neutralidad religiosa de los funcionarios, refuerza el control de las asociaciones y del financiamiento de los lugares de culto, instaura una autorización previa para la enseñanza a domicilio y blinda las medidas para luchar contra las amenazas difundidas en internet.

“Es una ofensiva laica extremadamente fuerte”, dijo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, a la radio RTL el martes. “Es un texto duro pero necesario para la República”, añadió.

Este proyecto, una de las últimas grandes iniciativas del presidente Emmanuel Macron de cara a de las presidenciales de 2022, es una respuesta a la amenaza yihadista en Francia, que tuvo como punto de partida el atentado contra la redacción del semanario Charlie Hebdo en enero de 2015 y que seis años después continúa.

Tan solo a finales del año pasado hubo tres ataques islamistas con arma blanca en Francia: dos personas resultaron heridas frente a las antiguas oficinas de Charlie Hebdo en París; un profesor de historia fue decapitado por mostrar a sus alumnos caricaturas del profeta Mahoma en una clase sobre libertad de expresión y tres personas fueron asesinadas en la basílica Notre Dame de Niza (sureste).

Ilustra también el giro a la derecha del último tramo del quinquenio de Macron, que declaró la guerra al “islamismo radical”, una “ideología” que según él “afirma que sus leyes son superiores a las de la República”.

No obstante, niega que se trate de una reyerta contra el islam o cualquier otra religión. “Lo que estamos haciendo en Francia es combatir el terrorismo que se hace en nombre del islam, no el islam”, explicó en una entrevista con Al Jazeera en octubre pasado.

Lucha contra certificados de virginidad y poligamia

Entre las medidas clave del proyecto figura un mejor control de las asociaciones y lugares de culto, y también una mayor protección a los líderes comunitarios moderados que corren el riesgo de ser derribados por un “golpe de Estado” extremista.

Para recibir subvenciones, las asociaciones deberán comprometerse a “respetar los valores y principios de la República” y la financiación y la gestión de los lugares de culto estarán mejor reguladas.

El texto también propone criterios más estrictos para autorizar la escolarización en el hogar de los niños mayores de tres años, con el fin de evitar que los padres saquen a sus hijos de las escuelas públicas y los matriculen en estructuras islámicas clandestinas.

Los médicos, por su parte, serían multados con 15 mil euros (18 mil dólares) y un año de cárcel si realizan certificados de virginidad, y se reforzarán los controles para impedir los matrimonios forzosos y la poligamia.

Tras el asesinato del profesor Samuel Paty en octubre que sacudió a Francia y al mundo se incluyó en el proyecto los delitos específicos de incitación al odio en línea y divulgación de información personal en internet que serán castigados con tres años de prisión y una multa de 45 mil euros.

Para la izquierda francesa, que en gran parte se abstuvo de votar, el texto estigmatiza a los musulmanes. Crea un “halo adicional de sospecha” contra los musulmanes, estimó el partido de izquierda radical Francia Insumisa.

Cerca de 200 personas manifestaron el domingo en París contra el proyecto, al que acusaron de “reforzar la discriminación contra los musulmanes”.

El campo de la derecha se mostró también crítico con el proyecto que estima ignoraba cuestiones esenciales como la radicalización en las cárceles y la migración.