El autor de un atentado perpetrado cerca de una sinagoga en la ciudad de Halle, en el centro de Alemania, en 2019, que estuvo a punto de convertirse en una terrible matanza, fue condenado este lunes a cadena perpetua.

Stephan Balliet, un extremista alemán de 28 años fue declarado culpable de “dos asesinatos” y varios intentos de homicidio, por el ataque perpetrado en octubre de 2019, anunció la presidenta del tribunal, Ursula Mertens, tras seis meses de audiencias.

El condenado quiso irrumpir en una sinagoga de la ciudad de Halle, en la que había más de 50 personas congregadas con motivo de la fiesta judía de Yom Kipur, pero al no lograrlo mató a dos transeúntes que pasaban por la zona.

Según la justicia alemana, el agresor pretendía “cometer una masacre” y solo se lo impidió la solidez de la puerta de la sinagoga, cerrada con llave.

“El ataque fue un de los actos antisemitas más repulsivos desde la Segunda Guerra Mundial”, afirmó el fiscal durante el juicio.

Stephan Balliet, que durante el juicio no cesó de proclamar su antisemitismo, escuchó el veredicto impasible y con la mirada perdida.

Su condena tiene un cumplimiento mínimo de 15 años, tras los cuales le será muy difícil obtener su liberación.

“Tolerancia cero”

El condenado, armado hasta los dientes, no logró abrir la puerta de la sinagoga y mató a una mujer que paseaba por allí y a un hombre que se encontraba en un restaurante de kebab. La policía lo persiguió y logró detenerlo.

Los servicios de inteligencia alemanes establecieron un paralelismo entre sus intenciones y los atentados cometidos en Christchurch (Nueva Zelanda) unos meses antes contra dos mezquitas, que causaron 51 muertos.

El acusado grabó y difundió en directo su asalto, negando la existencia del Holocausto e insultando a los judíos.

Durante el juicio, Balliet jamás mostró el menor signo de arrepentimiento, más bien reivindicó sus actos y lanzó consignas racistas, misóginas y antisemitas.

El condenado aseguró que atacar una sinagoga “no era un error” porque quienes estaban dentro eran “enemigos”.

Un psiquiatra que lo examinó dijo que Balliet tenía serios trastornos, que “mezclaban esquizofrenia, paranoia y autismo” pero que era responsable de sus actos.

“Nos sentimos aliviados de ver que todo termina hoy, esto ha sido suficientemente largo y duro“, dijo a la AFP Mark Lupschitz, abogado de nueve denunciantes, agradeciendo al tribunal que no hubiera convertido este juicio en una vitrina para los extremistas de derecha.

El presidente del Consejo central de los judíos alemanes, Josef Schuster, estimó en un comunicado que el veredicto marcaba “un día importante para Alemania”, ya que “el odio asesino contra los judíos registra una tolerancia cero”.

Los crímenes contra la comunidad judía en Alemania aumentaron un 13% en 2019, cuando se registraron 2.032 hechos antisemitas.

El ataque de Halle coincidió con el resurgimiento del terrorismo de extrema derecha, sobre todo el asesinato en 2019 de Walter Luebcke, un responsable político favorable a los migrantes, y de un atentado en Hanau (oeste) el pasado febrero, en que murieron tiroteadas nueve personas, la mayoría migrantes.