Dos tiroteos protagonizados por un simpatizante de la ultraderecha dejó al menos 11 muertos en la ciudad de Fráncfort en Alemania, incluyendo al autor de los disparos y su madre, quienes fueron hallados sin vida en el departamento que compartían.

El sospechoso de los tiroteos fue identificado como Tobias Rathjen, un hombre de 43 años con estudios en economía y que trabajaba en un banco, quien ha sido sindicado por la prensa alemana como adherente de la ultraderecha y con licencia para portar armas de caza.

De acuerdo a medios alemanes, el hombre habría actuado bajo una motivación “xenófoba”, dejando un manifiesto de 24 páginas y un video donde habría explicado la razón para cometer el tiroteo.

El periódico alemán Bild indicó que el manifiesto explica su “odio a los extranjeros y a los no blancos”, hace un llamado al “exterminio de varios países del norte de África, Medio Oriente y Asia”.

”Ciertas personas de mi propio país han contribuido al hecho de que ahora tenemos grupos étnicos, razas o culturas en nuestro medio que son destructivas en todos los sentidos”, dice según una traducción del portal La Vanguardia de España.

En el video que dejó antes de -presuntamente suicidarse- el hombre afirma que ha sido “vigilado toda su vida por los servicios secretos” y se describe como escritor, un “soltero involuntario”.

Además, el presunto asesino envía, en un inglés fluido, “un mensaje personal a todos los estadounidenses” en el que asegura que en EEUU existen instalaciones militares subterráneas en las que se maltrata y se mata a los niños, consignó la DW.

En esas instalaciones, según el vídeo, también se rinde culto al demonio. El hombre llama además a los estadounidenses a despertar y a ejercer resistencia. Sin embargo, en el video, no se anuncia un atentado en Alemania. Las autoridades aún analizan el contenido de lo hallado en la vivienda del presunto atacante.

Víctimas de origen kurdo

El padre del único sospechoso fue hallado indemne, fuera del apartamento.

La fiscalía antiterrorista está investigando si el autor tuvo algún cómplice para llevar a cabo estos ataques, cuyo móvil es “profundamente racista”.

La primera matanza tuvo como blanco el miércoles por la noche un bar de narguilé, el Midnight, en el centro de Hanau, ciudad de unos 100.000 habitantes y a 20 km de Fráncfort.

Luego el atacante partió en automóvil a otro establecimiento, el Arena Bar, en el barrio de Kesselstadt, donde disparó contra quienes estaban en la zona de fumadores, matando a otras cinco personas, entre ellas una mujer.

“Las víctimas son gente que conocíamos desde hacía años”, entre ellos dos empleados del Arena, dijo el hijo del gerente del bar, ausente como su padre en el momento del tiroteo, citado por la agencia DPA. “Es una conmoción para todo el mundo”.

Entre los muertos figuran “varias víctimas de origen kurdo”, según un comunicado de la Confederación de las Comunidades del Kurdistán en Alemania, que acusó a los dirigentes alemanes de no luchar “decididamente contra el terrorismo de extrema derecha”.