Carly Ann Harris, tiene 38 años de edad. A simple vista parece una mujer normal, pero las razones para estar ante un jurado, eliminan de tajo las primeras impresiones.

En junio pasado, la mujer tomó a su hija y la llevó a la bañera, en lo que parecía un acto normal de una madre hacia un hijo. Sin embargo, tenía planes terribles contra la niña. Cuando la tina estaba llena, procedió a ahogarla sin piedad.

Los gritos de la menor no la detuvieron, pese a que fueron escuchados por los vecinos. “Mami, mami, mami”, exclamaba la pequeña con todas sus fuerzas, luchando para no ser asesinada, irónicamente por la misma mujer que le había dado la vida 4 años atras.

Las personas que viven cerca de Carly han relatado sobre lo que escucharon ese día, cuando la vida de la niña identificada como Amelia Brooke Harris, fue segada.

Facebook | Carly Ann Harris
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Megan Griffiths aseguró en tribunales que, poco después de los gritos de la menor, se asomó junto a su esposo al patio de la casa de los Harris, pero ya era tarde porque Amelia estaba envuelta en una sábana blanca.

Los Griffiths contarían después como Carly Ann, decía que su hija “había nacido por Jesús”, pero no escucharon de alguna intención de la mujer para acabar con la vida de la pequeña.

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De “ángel caído”, a madre asesina

A pocas horas del terrible crimen, nadie se explicaba porque una madre era capaz de hacer eso con su hija. Cuando la policía llegó a su casa, les dijo: “Los ángeles me dijeron que lo hiciera. Sólo arréstame. Está bien.” Lo anterior fue revelado por The Independent.

Con 17 años, la hija mayor de la acusada, aseguró que su madre había estado experimentando un periodo de ansiedad que la llevaba a mirar por la ventana y decir que los estaban acosando, según revela el medio The Guardian.

En medio de las audiencias, para lograr una condena en su contra, la presunta homicida reveló los motivos para asesinar a Amelia.

Le dijo a la corte “los ángeles me pidieron que la ahogara y quemara en el jardín”. Cuando fue llevada a la comisaria, también manifestó que solo respondía a un pedido celestial y que su hija ya estaba con Dios.

No es todo. La mujer consumió metanfetaminas antes de llevar a cabo lo que a simple vista parece un ritual. Dijo que estas le ayudaron a abrir “su tercer ojo” para poder llevar a cabo el pedido que, según ella, estaba poniendo a prueba su fe”.

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Un jurado escuchó los insólitos detalles con asombro: “La acusada sacó el cuerpo de Amelia y lo cubrió con una sábana, la bajó por las escaleras y colocó su cuerpo en una mesa café ubicada en el jardín trasero y luego le prendió fuego al cuerpo de su hija”, relató la parte acusadora.

La mujer, quien está siendo investigada también por el consumo de estupefacientes, le dijo a las autoridades que a su hija la verá en el cielo. Por lo anterior, el jurado examima el caso con extremo cuidado. Dos informes psiquiátricos han sido presentados ante el juez, para evaluar la salud mental de la acusada.

En sus manos está determinar si se trata de un crímen derivado por problemas mentales en la mujer, o por homicidio calificado. El juicio se mantiene abierto y los medios en Gales, están a la expectativa del resultado en las próximas semanas.

The Guardian
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