La Corte Suprema de Estados Unidos, que podría volverse más conservadora tras la muerte de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, juzgará próximamente asuntos que dividen a la sociedad.

Obamacare

El presidente republicano Donald Trump no logró una de sus promesas de campaña de 2016: anular en el Senado la gran reforma del sistema sanitario de su predecesor, el demócrata Barack Obama, que extendió el seguro de enfermedad a millones de habitantes.

Pero el mandatario espera que la Corte Suprema anule ese texto.

El “Obamacare”, como se conoce popularmente a esa reforma, es uno de los temas centrales de las presidenciales del 3 de noviembre.

La Corte Suprema ya examinó el texto en una ocasión y lo ratificó por una corta mayoría. El 10 de noviembre, una semana después de las elecciones, el alto tribunal volverá a estudiarlo.

Sin la voz decisiva de la jueza Ginsburg, la reforma podría ser abolida, especialmente la obligación para las compañías de seguro de ofrecer cobertura a todos los solicitantes, enfermos o sanos, incluidos aquellos que tengan antecedentes médicos.

Aborto

Otro de los objetivos de la administración republicana es anular el fallo histórico Roe contra Wade, que reconoció en 1973 como derecho constitucional el aborto.

Trump, que defendió en el pasado el derecho de las mujeres a abortar, se opone ahora a esa práctica, un asunto muy importante para sus electores provenientes de la derecha religiosa.

En los últimos años, varios estados conservadores intentaron socavar esa ley, dificultando el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

Hasta el momento, la Corte Suprema ha bloqueado las medidas más restrictivas. Pero si Trump logra imponer a su candidata, el alto tribunal podría ir más allá con una mayoría de seis jueces conservadores sobre nueve.

Tenencia de armas

Trump prometió proteger la segunda enmienda de la Constitución, que según la interpretación de numerosos estadounidenses garantiza el derecho a adquirir y llevar armas.

Una parte de la población denuncia una diseminación de las armas y exige la prohibición de los fusiles semiautomáticos, utilizados en varias matanzas que conmocionaron al país en los últimos años.

Millones de propietarios de armas, así como el poderoso lobby NRA, se oponen a cualquier regulación del mercado por el gobierno federal.

Por ahora la Corte Suprema no ha querido abordar este asunto, rechazando varias consultas al respecto. Pero una amplia mayoría conservadora podría reforzar los derechos de los propietarios de armas.

Elecciones

El presidente Trump lleva meses denunciando sin pruebas que el voto postal, que se espera más numeroso este año por la pandemia de covid-19, podría ser objeto de fraudes.

La Corte Suprema es la encargada de resolver los litigios electorales como en las presidenciales de 2000, marcadas por un increíble caos en Florida y ganadas finalmente por el republicano George W. Bush frente al demócrata Al Gore, un mes después de los comicios.

Libertad religiosa

Libertad religiosa contra derechos de los homosexuales. La Corte Suprema se ha mostrado bastante conservadora sobre ese tema, como cuando consideró legal que un pastelero cristiano se negara a vender un pastel de bodas a una pareja gay alegando que iba en contra de sus convicciones religiosas.

En noviembre, el alto tribunal escuchará los argumentos de una agencia de adopción católica, privada de contrato por la ciudad de Filadelfia porque se negaba a atender a parejas homosexuales.