La torta de cumpleaños de la OTAN tiene 75 velas. Es la alianza militar más antigua del mundo y la única conformada por estados democráticos. Y pese al paso del tiempo, sigue siendo atractiva.

Cuando empezó a operar, en 1949, tenía solo 12 miembros. Actualmente hay 20 más, tras la reciente inclusión de Finlandia y Suecia, que se unieron para buscar protección de Rusia. Ucrania y Georgia han pedido entrar por el mismo motivo.

La ampliación de la OTAN hacia el este comenzó hace 25 años con los antiguos miembros del Pacto de Varsovia, la alianza militar del entorno soviético: Polonia, República Checa y Hungría.

En esos años, para el cumpleaños 50 de la OTAN, reinaba el optimismo. Se pensaba que la Guerra Fría ya estaba ganada y Rusia era vista como un socio. Moscú acordó en 1997 que no objetaría la expansión de la OTAN hacia el este, y en 2004 se sumaron a la alianza los estados bálticos, Eslovaquia, Eslovenia, Bulgaria y Rumania. En 2009 fue el turno de Albania y Croacia, en 2017 Montenegro y en 2020 Macedonia del Norte.

Rusia ahora dice que no

El líder ruso Vladimir Putin comenzó a criticar la expansión de la OTAN hacia el este a comienzos de los 2000, cuando declaró que, tras el ingreso de Alemania Oriental a la alianza debido a la reunificación alemana en 1990, la OTAN se había comprometido a no seguir ampliando sus fronteras hacia la antigua esfera de influencia soviética. Sin embargo, esto no aparece en la Ley Rusia-OTAN firmada por Moscú en 1997.

En 2008, la OTAN prometió a Ucrania y Georgia trabajar para su inclusión. En ese momento Putin activó un interruptor estratégico y puso partes de Georgia bajo control ruso, en 2014 se anexó ilegalmente la Crimea ucraniana y apoyó a los separatistas del este de Ucrania.

En 2022 vino el ataque a toda Ucrania. Pese a ello, la OTAN mantiene sus puertas abiertas a nuevos miembros. ¿O, mejor dicho, debido a ello?

Dudas sobre Estados Unidos

Hoy la situación es básicamente la misma que hace 75 años, cuando se fundó la OTAN, el 4 de abril de 1949, en Washington. El Occidente libre busca contrarrestar militarmente la creciente amenaza del este bajo el paraguas de las armas nucleares estadounidenses. Una Guerra Fría recargada.

“En lo que respecta a la amenaza y la reacción, todo parece igual que entonces. La defensa colectiva vuelve a ser la tarea central, de eso no hay duda”, dice Matthias Dembinski, del Instituto Leibniz para la Investigación de la Paz y los Conflictos, en Frankfurt.

No obstante, hay una diferencia crucial con 1949: la creciente desconfianza hacia Estados Unidos. Si el próximo presidente de ese país es Donald Trump, la actual fórmula de asistencia recíproca podría dejar de ser válida.

“La tarea que tocaría enfrentar a los europeos sería, en el peor de los casos, doble: compensar el liderazgo político de Estados Unidos y, además, equiparar el aporte militar. Sería un trabajo hercúleo. No está nada claro que vaya a tener éxito”, sostiene el analista.

¿Queda fuerza a los 75?

El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó el artículo 5 de la carta de la OTAN -que señala que el ataque a un miembro es considerado un ataque a la alianza completa- como “sagrado”.

En la cumbre de 2023 en Vilna, Lituania, Biden dijo que la alianza hoy “es un baluarte para la estabilidad y la seguridad global, como lo ha sido por más de siete décadas. La OTAN es más fuerte, tiene más energía y sí, está más unida que nunca en la historia”.

La confrontación con Rusia y el apoyo a Ucrania han fortalecido a la alianza, dice Dembinski a DW. Si bien sus miembros tienen intereses a veces contradictorios, el especialista destaca que “lo interesante de la OTAN es que, de alguna manera ha sobrevivido a todas sus crisis hasta ahora. Ha sido una alianza sorprendentemente adaptable”.

El desafío ahora es pasar de las misiones internacionales a la descuidada defensa de su propio territorio, dijo a DW el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius. Es decir, debe volver a sus raíces, y debe hacerlo rápido.

El futuro de la OTAN dependerá del resultado de la invasión rusa a Ucrania, aun cuando este último país no es miembro de la alianza. Se trata de una cuestión de credibilidad, dice el exportavoz de la OTAN, Jamie Shea.

“Incluso si Ucrania logra derrotar a Rusia y liberar su territorio, Rusia seguirá siendo rencorosa y vengativa. No va a querer a la OTAN. Por desgracia, Rusia seguirá siendo la mayor amenaza para la OTAN por muchos años”, puntualizó.