Tras una semana de sesiones, los casi 2300 delegados clausuraron este domingo pasado el XX congreso del Partido Comunista Chino en el que Xi Jinping se aseguró un tercer mandato, además de promover a sus más cercanos aliados. Así, se consolida como el líder más influyente del país desde el fundador Mao Zedong.

El presidente chino, Xi Jinping, consiguió sin sorpresa un tercer período en el poder, promoviendo de paso a algunos de sus aliados más cercanos en el Partido Comunista de China (PCC), lo que afianza su posición como el líder más influyente del país desde el fundador Mao Zedong. Xi también fue designado nuevamente como jefe de la Comisión Central Militar de China.

Mario Esteban, profesor del Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador principal del Real Instituto Elcano, explica que “vemos una línea continuista que se va a traducir en una mayor influencia y poder de Xi Jinping dentro del partido comunista y de China en general y también en un mayor control del partido sobre el resto del régimen y la sociedad china en su conjunto”.

“Es la primera vez en todo el período reformista que el líder principal consigue monopolizar con sus protegidos, el comité permanente del politburó, el máximo órgano de poder dentro del partido”, añade el investigador.

Para Mario Esteban, la salida de Hu Jintao es otro evento marcante de este XX Congreso. “Creo que ha sido muy sorprendente porque en estos eventos todo está perfectamente coreografiado, una ruptura tan clara con ese protocolo es muy chocante sobretodo cuando hablamos de un anterior secretario general del partido. Hay mucha especulación sobre si se trata de una purga o un problema de salud, no se puede zanjar el tema”, detalla.

Sin embargo, acota, “lo que sí vemos claramente es que la influencia de los líderes veteranos con Xi Jinping se ha reducido prácticamente hasta la nada y en sus funciones no estará influenciado por las consideraciones de líderes anteriores como Hu Jintao”.

Desde su ascenso al poder hace una década, Xi ha acumulado poder como ningún otro gobernante chino con excepción de Mao. En 2018 eliminó el límite de dos períodos presidenciales, lo que le abrió el camino para gobernar indefinidamente.

También encabezó el ascenso de China como la segunda mayor economía mundial, impulsó una gran expansión militar y una postura internacional agresiva que generó fuerte oposición de Estados Unidos.

“Después de más de 40 años de esfuerzos incansables de reforma y apertura, hemos creado dos milagros: rápido desarrollo económico y estabilidad social de largo plazo”, afirmó Xi. “China no puede desarrollarse sin el mundo y el mundo también necesita a China”, insistió.

En este próximo quinquenio Xi enfrenta grandes desafíos, incluyendo el manejo de la endeudada economía y la creciente rivalidad con Estados Unidos.