Con un trasfondo de afiches coloridos y banderas, el político Allan Wong intenta entusiasmar a los habitantes de Hong Kong con las próximas elecciones legislativas “solo para patriotas”.

Wong, de 41 años, es una de las 153 personas autorizadas por su lealtad política a disputar un cargo, bajo el nuevo sistema electoral que selecciona drásticamente los candidatos.

Las encuestas anticipan que la participación en la votación del 19 de diciembre puede alcanzar un nivel históricamente bajo.

Pero eso no desanima a Wong.

En un predio residencial de su distrito, intenta conversar con los vecinos y dejarles panfletos. Algunos se detienen a conversar pero la mayoría pasa de largo.

“Necesito salir a la calle, presentarme, ponerme en contacto con los votantes y el público y hacer lo mejor posible para explicar lo que quiero hacer”, dijo a Agence France-Presse.

Pero no es fácil. En el tranquilo barrio de Tai Wai, los pobladores muestran hastío.

Una pareja dijo a la Agencia AFP que no piensa votar este año aunque no quisieron decir por qué debido a que se trata de un asunto “muy sensible”.

Un joven que se identificó con el apellido de Pang comentó que en las últimas elecciones votó por un candidato prodemocracia que actualmente está exiliado en el exterior.

Para Pang, las elecciones de este año “no tienen sentido” porque hay que seguir las reglas de Pekín.

Sistema planeado

Aunque Hong Kong nunca ha sido una democracia plena, hasta hace poco toleraba una ruidosa minoría de críticos de Pekín, lo que le daba colorido a los períodos electorales.

Pero la oposición prodemocracia ha sido demolida bajo una ley de seguridad nacional impuesta por Pekín, que criminalizó la disidencia, junto con reglas políticas creadas para purgar elementos “antichinos”.

Bajo el nuevo sistema, solo 20 de los 90 escaños legislativos de la ciudad se escogen en elecciones directas, cuando antes era la mitad. Los demás son nombrados por comités afines a Pekín.

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Uno de esos comités está conformado por 1.500 personas, 0,02% de la población de Hong Kong, y podrán escoger 40 escaños.

Además, todos los candidatos deben ser autorizados y solo aquellos considerados suficientemente patriotas pueden disputar cargos.

Figuras tradicionales de la oposición, incluyendo varios legisladores prodemocracia, han sido encarcelados, descalificados o han tenido que exiliarse.

El resultado es una oferta electoral comparativamente uniforme.

Tercera vía

En este nuevo sistema, Wong es lo más cercano que se podrá encontrar a un político no institucional.

Su campaña se basa en temas de interés local con algo de ambientalismo y asegura no ser ni prodemocracia ni pro Pekín.

Más bien, se ve como un candidato de “tercera vía”, aunque admite que es una propuesta difícil en una ciudad cuyos pobladores tienden a votar por figuras prodemocracia cuando pueden.

También es realista sobre el futuro legislativo, que estará dominado por figuras leales a China.

“Incluso si todos (los candidatos no institucionales) ganan escaños en el Concejo Legislativo, seríamos una minoría, como 10 puestos o menos”, admitió.

Las autoridades chinas argumentan que el nuevo sistema volverá a encarrilar a Hong Kong, luego de las masivas y a veces violentas protestas prodemocracia de 2019.

Las autoridades también dicen que el nuevo sistema asegurará que el legislativo no se estanque con los bloqueos de la minoría opositora.

Xia Baolong, un alto cargo chino, dijo el lunes que Hong Kong había perdido tiempo “buscando ciegamente una democracia de tipo occidental”, aunque aseguró que aún se permite una pluralidad de opiniones y antecedentes.

Participación

El politólogo Kenneth Chan consideró que las declaraciones de Xia proceden de un “universo paralelo”, desconectado de muchos hongkoneses.

“Cuanto más estos funcionarios quieran defender su sistema, más la gente percibe que todo lo que dicen es poco más que propaganda estatal”, declaró Chan a Agence France-Presse.

Citó una encuesta del Hong Kong Public Opinion Research Institute que reveló que solo 51% de los consultados piensa votar, una cifra históricamente baja.

En las elecciones legislativas anteriores, entre 2004 y 2016, la participación fue de más de 80%.

Casi la mitad de los consultados esta vez indicaron que no hay candidatos que merezcan apoyo.

Una consulta previa del mismo instituto determinó que los consultados desconocían a los candidatos, y una evaluación del diario South China Morning Post señaló que uno de cada seis candidatos ni siquiera ha publicado un manifiesto.

Chan calificó la próxima elección como “fuertemente manipulada de principio a fin”.

“Estamos en un juego muy diferente, un juego con el cual la gente de Hong Kong no se siente confortable”, agregó.