El presidente estadounidense, Joe Biden, ofreció el jueves asilo temporal a aquellos ciudadanos de Hong Kong que se encuentran actualmente en Estados Unidos y que teman regresar por la “represión” de China.

Biden dijo que este amparo reconoce “la erosión significativa” de los derechos y libertades en la antigua colonia británica por parte del gobierno chino.

“Al imponer unilateralmente a Hong Kong la Ley de la República Popular China sobre la salvaguardia de la seguridad nacional en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, la República Popular China ha socavado el disfrute de los derechos y libertades en Hong Kong, incluidos los protegidos por la Ley Fundamental y la Declaración Conjunta Sino-Británica”, indicó en un memorando.

Hong Kong fue restituida por Londres a Pekín en 1997 en el marco de un acuerdo que pretendía garantizar en el territorio, durante 50 años, unas libertades desconocidas en el resto de China.

Biden citó los “arrestos por motivos políticos” de más de 100 dirigentes opositores, activistas y manifestantes por cargos bajo la ley de seguridad nacional, que incluyen presunta secesión, subversión y actividades terroristas.

Más de 10.000 personas han sido detenidas en relación con protestas contra el gobierno, dijo.

La decisión de Biden permite a los residentes de Hong Kong que se encuentran actualmente en Estados Unidos residir y trabajar legalmente durante 18 meses.

“Esta medida demuestra el fuerte apoyo del presidente Biden al pueblo de Hong Kong frente a la represión en curso por parte de la República Popular China, y deja en claro que no nos quedaremos de brazos cruzados mientras la República Popular China rompe sus promesas a Hong Kong y a la comunidad internacional”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Biden anunció que a partir del jueves a los ciudadanos de Hong Kong que estén en Estados Unidos se les otorgará el beneficio de la Salida Forzosa Diferida (DED en inglés).

Esto es similar al Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés), que se otorga a ciertos extranjeros en Estados Unidos que no puedan regresar a sus países debido a desastres naturales o convulsiones políticas.

El TPS es concedido a los países por el Departamento de Seguridad Interior (DHS), mientras que el DED puede ser declarado por el presidente, según un sitio web del gobierno estadounidense.

Ninguno de los dos estatutos es permanente, pero se pueden renovar con regularidad.

“Enemigo imaginario”

La Ley de seguridad nacional en Hong Kong, que entró en vigor el 30 de junio de 2020 tras las masivas protestas prodemocráticas de 2019, le da a Pekín más control sobre el poder judicial del territorio semiautónomo y criminaliza muchos tipos de actividades políticas.

Los críticos dicen que se está utilizando para socavar el esquema de “un país, dos sistemas” para el gobierno de la ciudad instaurado cuando el Reino Unido devolvió su antigua colonia a China.

Los arrestos de políticos de la oposición han reprimido la libertad de expresión y dejado a los activistas con el temor de ser detenidos o sufrir otros castigos, incluidos los que están en el extranjero.

En junio, la policía de Hong Kong allanó las oficinas del periódico prodemocrático Apple Daily, cerrándolo y arrestando a ejecutivos clave.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el jueves que bajo la ley de seguridad nacional “la promesa de democracia de Hong Kong se ha atenuado”.

La República Popular China ha alterado fundamentalmente los cimientos de las instituciones de Hong Kong y ha suprimido las libertades de los habitantes de Hong Kong”, afirmó en un comunicado.

Es probable que la decisión de otorgar a los habitantes de Hong Kong un refugio agriete aún más la relación sino-estadounidense.

Pekín y Washington están enfrentados por los controvertidos reclamos territoriales de China sobre Taiwán y las islas en el Mar de China Meridional, las acusaciones de Estados Unidos de que China roba regularmente propiedad intelectual estadounidense, y la represión generalizada de los uigures y otras minorías en la región occidental china de Xinjian.

China cree que Estados Unidos busca impedir su metamorfosis en una potencia global.

Estados Unidos debe dejar de ver a China como un “enemigo imaginario”, dijo el viceministro chino de Relaciones Exteriores, Xie Feng, a la número dos de la diplomacia estadounidense, Wendy Sherman, de visita en Tianjin (norte) a fines de julio.

“La esperanza puede ser que, al satanizar a China, Estados Unidos podrá de alguna manera (…) culpar a China por sus propios problemas estructurales”, dijo el Xie a Sherman, según un comunicado de su ministerio.