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Pocos días después de la muerte de una ballena, una gran tortuga verde de una especie protegida murió en Tailandia después de haber engullido bolsas de plástico, gomas y redes de pesca.

Los veterinarios trataron durante dos días de salvar al animal que fue arrastrado hasta una playa, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.

Su estómago estaba inflamado debido a todo el plástico que se había tragado y no podía alimentarse, explicó este lunes Weerapong Laovechprasit, miembro del equipo de veterinarios de un organismo público que intentó salvar al animal.

Veterinarios intentan salvar a la tortuga con alimentación intravenosa | Agence France-Presse
Veterinarios intentan salvar a la tortuga con alimentación intravenosa | Agence France-Presse

“Este año hemos constatado que el 50% de las tortugas arrastradas hasta las playas están enfermas a causa de los residuos plásticos que han injerido”, explicó, agregando que hace unos años esto no se daba más que en el “10% de los casos”.

Cabe señalar que Tailandia forma parte de los países que vierten más plástico a los océanos.

Agence France-Presse
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China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia echan cada año más de cuatro millones de toneladas de plástico al mar, es decir la mitad de los vertidos en todos los mares del mundo, según la ONG de referencia Ocean Conservancy.

“El mar se ha convertido en una basura y eso es lo que la mató”, lamentó Weerapong Laovechprasit.

La muerte de la tortuga verde se produjo sólo unos días después de la de una ballena que se tragó más de 80 bolsas de plástico.

Basura removida del estómago de la tortuga | Agence France-Presse
Basura removida del estómago de la tortuga | Agence France-Presse

Thon Thamrongnawasawat, biólogo marino en la Universidad Kasetsart, espera que la mediatización de estas muertes tenga “un impacto fuerte”.

“Es la primera vez en 20 años que veo un avance posible”, precisó satisfecho de ver que la prensa local e internacional habla de estos temas, que también provocaron numerosas reacciones en las redes sociales.

Al menos 300 animales marinos, entre ellos ballenas, tortugas marinas y delfines mueren cada año en las aguas tailandesas después de haber engullido plásticos.