El líder indígena ecuatoriano Antonio Vargas, quien cumple una condena por tráfico de tierras, fue indultado por el presidente Guillermo Lasso el lunes, en vísperas de un diálogo entre el gobierno y la mayor organización de aborígenes que protesta por el alza de combustibles.

Antonio Vargas, el líder indígena de Ecuador que cumple condena por tráfico de tierras, fue indultado por el presidente Guillermo Lasso durante la jornada de este lunes.

Esto, en vísperas de un diálogo entre el gobierno y la mayor organización de aborígenes que se mantiene en protesta debido al alza de combustibles.

El mandatario conservador concedió el indulto a favor de Vargas, que “consiste en el perdón de la pena privativa de libertad y multa que le han sido impuestas”, según el decreto presidencial difundido por la secretaría de Comunicación.

Vargas fue detenido en junio para que cumpla una condena a tres años de cárcel por un caso de tráfico de tierras en la Amazonía, de donde es oriundo.

También se le impuso una multa correspondiente a doce salarios básicos, unos 4.800 dólares.

Indulto a líder indígena en Ecuador

El líder aborigen fue candidato presidencial en los comicios de 2002, quedando último entre once aspirantes con casi 1% de la votación.

El indulto para Vargas fue decretado a puertas de que se celebre una reunión entre Lasso y Leonidas Iza, actual presidente de la Conaie, organización que rechazaba la detención del dirigente amazónico.

La cita está prevista para este miércoles en el Palacio de Carondelet, sede del gobierno nacional ubicada en el centro histórico de Quito.

La Conaie participó en revueltas que derrocaron a tres presidentes entre 1997 y 2005.

Encabezó violentas protestas en octubre de 2019 contra el alzo de los combustibles, que dejaron once muertos y obligaron al entonces presidente, Lenín Moreno, a dar marcha atrás.

Lasso e Iza se encontrarán luego de que hace dos semanas indígenas bloquearan por un par de días carreteras del país. Lo anterior, para protestar contra el aumento mensual de precios de combustibles, que desde 2020 subieron en 90%.

El gobernante ordenó aumentos de hasta 12%, con lo que el galón de diésel pasó de 1,69 a 1,90 dólares y el de gasolina corriente de 2,50 a 2,55 dólares a partir del 23 de octubre.

Aunque Lasso congeló los nuevos precios por tiempo indefinido, no pudo sofocar el descontento de indígenas y organizaciones sociales, que reclaman que el diésel cueste 1,50 dólares y la gasolina 2,10 dólares.

Los aborígenes se mantienen movilizados en sus comunidades y planean nuevas protestas.